lunes, marzo 27, 2006

CAMPAÑA PARA SUBASTAR EL PAÍS

Editorial del Semanario En Marcha. Edición 1311

Las masivas movilizaciones que durante estos meses se han producido en contra de la firma del Tratado de Libre Comercio TLC, protagonizadas por diversos sectores sociales, expresan de manera clara que la mayoría de los ecuatorianos advierten en el TLC un instrumento negativo para el progreso del país y para el bienestar de los pueblos. Tal comportamiento no tiene otra explicación que el desarrollo de la conciencia del pueblo y la desconfianza de éste en la política del gobierno norteamericano y en las acciones de la administración de Alfredo Palacio.
La preocupación gubernamental y de la burguesía, al respecto, es evidente, y se nota en la serie de medidas adoptadas. Por un lado, al igual que ha ocurrido en otras ocasiones, han querido explicar –y al mismo tiempo descalificar- la movilización social como fruto de la manipulación política y aún de la acción externa, como lo dijo Enrique Proaño, Secretario de Comunicación, al acusar al gobierno venezolano de tener ingerencia en la protesta popular.

Pero eso no es todo, dado que entre los trabajadores y el pueblo se afirma la oposición y rechazo al TLC, de parte del gobierno, de los industriales, de los grandes comerciantes y otros sectores oligárquicos, se ha desatado una intensa ofensiva, a través de la radio, tv, prensa escrita y más, para convencer a los ecuatorianos que el desarrollo, el progreso y el bienestar van de la mano de la firma de dicho tratado. Al mismo tiempo, esta campaña procura demostrar que, quienes se oponen al TLC y participan en las acciones callejeras, desconocen lo que aquel significa y el contenido de las negociaciones.

Efectivamente, muchos sectores de trabajadores, campesinos, de jóvenes, de integrantes de los pueblos indígenas desconocen elementos de las negociaciones y aspectos técnicos de las mismas; pero les resulta muy sencillo comprender que si ingresan productos agrícolas subsidiados a menor precio, los campesinos, los pequeños y medianos productores quebrarán, el desempleo crecerá, el dinero no habrá para comprar, así temporalmente las cosas sean más baratas.

El gobierno ha llevado todo el proceso de negociación de este tratado en total reserva, ocultando el conocimiento pleno por parte del pueblo, para evitar el desenmascaramiento de su postura entreguista y servil a los intereses estadounidenses. A la altura de las “negociaciones” no es suficiente que estas se produzcan de manera abierta, la exigencia de la consulta popular y que no se firme el TLC son las banderas de lucha que el movimiento popular debe ponerlas en primer plano.