Editorial del periódico Acero Revolucionario | PCMLV
Después de algunos años de gobiernos de “izquierda” socialdemócrata, acompañados de la aplicación de programas reformistas, la derecha pro imperialista que estuvo arrinconada temporalmente en algunos países de América latina, inicia una ofensiva, en las últimas elecciones han retomado el control político en Panamá, Honduras y Chile, han fortalecido su posición en Colombia y México con técnicas fascistas de control represivo, mantienen el dominio en Costa Rica y Perú, mientras el Salvador se reencuentra sin desparpajo con la derecha, todo esto nos habla del inicio de un período de avance de la reacción, de la burguesía más radical, del imperialismo. Esta tendencia puede seguir su camino triunfal con las elecciones de Brasil creando cada día un mayor nivel de confrontación regional ya que se van aclarando las posiciones, de un lado proyectos abiertamente burgueses, proimperialistas y reaccionarios, del otro proyectos pequeñoburgueses, socialdemócratas, y reformistas, que en su confrontación luchan por atraer al proletariado y otros sectores de clase explotados para utilizarlos como soporte en sus plataformas electorales.
Después de algunos años de gobiernos de “izquierda” socialdemócrata, acompañados de la aplicación de programas reformistas, la derecha pro imperialista que estuvo arrinconada temporalmente en algunos países de América latina, inicia una ofensiva, en las últimas elecciones han retomado el control político en Panamá, Honduras y Chile, han fortalecido su posición en Colombia y México con técnicas fascistas de control represivo, mantienen el dominio en Costa Rica y Perú, mientras el Salvador se reencuentra sin desparpajo con la derecha, todo esto nos habla del inicio de un período de avance de la reacción, de la burguesía más radical, del imperialismo. Esta tendencia puede seguir su camino triunfal con las elecciones de Brasil creando cada día un mayor nivel de confrontación regional ya que se van aclarando las posiciones, de un lado proyectos abiertamente burgueses, proimperialistas y reaccionarios, del otro proyectos pequeñoburgueses, socialdemócratas, y reformistas, que en su confrontación luchan por atraer al proletariado y otros sectores de clase explotados para utilizarlos como soporte en sus plataformas electorales.
Cada día se van estructurando con mayor claridad estas 2 tendencias: Una de derecha, abiertamente burguesa, con claras posiciones reaccionarias, proimperialistas y anticomunistas, que ha logrado presentar una oferta especialmente a la burguesía, la pequeña burguesía y a sectores descontentos, es el caso de Colombia y Chile, pero también Panamá, Honduras, tal vez con otro matiz también se presenta este fenómeno en el resto de países, aunque en algunos están en la oposición como el caso de Venezuela y Bolivia. La otra es una tendencia de izquierda que incorpora concepciones democráticas, antiestadounidenses y populares, con un discurso de gran influencia pequeño burguesa, en este frente se han movido las diversas corrientes de izquierda, incluso fuerzas proletarias que trabajan por comenzar a levantar su propio programa para avanzar en las siguientes etapas y dirigir al proletariado por el camino de su propia emancipación, dejando de ser peones para las maniobras de algún sector de la burguesía o de la pequeña burguesía como ha ocurrido hasta ahora en la mayoría de nuestros países.
Es claro que las propuestas socialdemócratas están llegando a sus límites, ya se les dificulta avanzar más, seguir engañando a las mayorías con reformas superficiales, se requiere acciones radicales y romper con el capitalismo para poder realmente satisfacer las necesidades populares, como en los casos de Panamá y Chile la derecha trata de presentarse como una opción, promete el paraíso pero en poco tiempo demostrará su cara imperialista empeorando las condiciones de vida en esos países, por tal motivo los niveles de represión y confrontación se elevarán, y la clase obrera junto con las masas explotadas tendrán que salir a las calles a enfrentar políticas entreguistas y explotadoras que buscan hacer que los trabajadores paguen la crisis del capitalismo.
El panorama inmediato es de una crisis general del capitalismo que va en expansión, que llega a América latina y que amenaza con provocar mayor penuria para las mayorías, desempleo, hambrunas, intervenciones militares y guerras. Para la clase obrera, el campesinado y en general para los explotados la verdadera salida a la crisis es la revolución proletaria, por tal razón se requiere la construcción de referencias que puedan llevar a las masas explotadas hacia la revolución proletaria y el socialismo como única y verdadera forma de enterrar al capitalismo.
Es un hecho que cuando la democracia burguesa se agota y no puede avanzar más, la derecha intenta recuperar terreno y provoca la agudización de las contradicciones, los revolucionarios tenemos que responder con más organización, un programa claro y propiciando que prenda entre las masas una propuesta de mayor radicalidad para enfrentar al imperialismo y las posiciones reaccionarias, es allí donde el partido del proletariado cobra fuerza para aprovechar las emergentes condiciones de la revolución, es necesario que los partidos y organizaciones revolucionarias nos preparemos para asumir el papel de vanguardia en el duro enfrentamiento contra la reacción local e internacional, contra el paramilitarismo y contra todas las expresiones del poder burgués imperialista, solo la lucha dirigida por la clase obrera habrá de conducir a las masas hacia la victoria y definitiva liberación.
En el caso de Venezuela es necesario abordar algunos temas para buscar una mejor orientación en este entrelazamiento de políticas y propuestas que, obedeciendo a elementos muy coyunturales son lanzadas creando cierta confusión, en tal situación vemos como se ha aplicado una medida de modificación del patrón cambiario del Bolívar en relación al Dólar ya que en nuestro país, para tener un mejor control y evitar la fuga de divisas, el Estado, que es el principal poseedor de $, producto de los ingresos petroleros, aplica control cambiario y medidas monetaristas para tratar de contrarrestar los efectos de la crisis que comienza a impactar.
A pesar que el precio del petróleo se ha mantenido estable, y en algunos casos ha aumentado, la inflación ha venido perjudicando el desenvolvimiento de la economía, que es una economía capitalista dependiente, altamente supeditada a las importaciones, esta realidad ha hecho que el gobierno, con el fin de disponer de mayores recursos en Bolívares para afrontar un año electoral haya devaluado el Bolívar fijando una tasa de cambio oficial con dos niveles: 2,6 para medicinas y alimentos, y 4,3 para el resto de las mercancías, (incluso para cotizar el $ que ingresa producto del negocio petrolero). Es importante recordar la existencia de transacciones ilegales con el llamado $ permuta, paralelo o negro que hasta el momento de las medidas estaba cotizándose alrededor de 7,5 Bs/$ y que ahora se pretende que baje gracias a las subastas de $ hechas por el banco central.
Como en toda economía capitalista los burgueses tratan de acrecentar su capital involucrándose en cualquier tipo de negocio que le genere un rédito importante, para ellos la compra y venta de $ es un buen negocio que no van a perder, lo que indica que probablemente haya una gran demanda de $ oficiales para ocultarlos y revenderlos como forma de presionar al gobierno, las leyes del capitalismo operan en nuestro país como en cualquier otro país capitalista, y la burguesía las conoce y tiene una alta capacidad económica, por lo que habrá un intenso combate económico en torno al dólar paralelo.
Pero no solo tenemos un proceso de ajuste de la tasa de cambio del $, también hemos tenido la intervención de una serie de Bancos que estaban involucrados en ilícitos, pero lo peor es que muchos de estos estaban vinculados a sectores económicos relacionados con el gobierno, si bien es cierto que fueron intervenidos por acciones ilegales, no podemos dejar de asumir que el sistema financiero es un elemento central en las economías capitalistas modernas, su crisis expresa la crisis del sistema, que está allí y que el resto de banqueros rápidamente salieron a negar, colocándose como aliados del gobierno, no porque crean en este sino como forma de concentrar capitales y defender sus pingues ganancias.
Con una inflación de 26,5% a finales de 2009 y un gran impacto del precio del dólar en toda la economía, por el gran nivel de importaciones, incluso de alimentos, ya estamos viendo una escalada de precios que difícilmente sea contenida por medio de medidas ejecutivas, de allí que la inflación en los primeros meses del año habrá de elevarse perjudicando seriamente el poder adquisitivo del salario, el aumento de 10% a partir del 1º de marzo y del 15% en el mes de septiembre requiere una reconsideración por parte del ejecutivo para recuperar el salario, que a pesar de ser el más alto de América latina, es insuficiente, dados los impactos de la inflación. La clase obrera y sus organizaciones tenemos el deber de buscar los mecanismos para lograr un mejor aumento de salario, haciendo comprender al gobierno que es necesario mejorar las condiciones de vida de quienes dan valor a las materias primas con su trabajo, y en especial al petróleo, fuente de los ingresos de este país.
Este año el gobierno dispone de una inmensa cantidad de dinero en Bs. los cuales deberían traducirse en revalorización del salario, inversión en salud, educación, seguridad y vivienda, fortalecimiento de proyectos industriales bajo control obrero, proyectos agroindustriales y agrícolas bajo control campesino con una planificación centralizada por medio del Estado, que debe ser transformado de raíz para permitir el avance del Estado socialista por medio de los consejos de obreros y campesinos como instrumentos de poder del proletariado.