La delegada venezolana relató la situación de irrespeto a los países del mundo que se vivió durante largas horas de la madrugada de este sábado en el Belle Center de Copenhague, cuando 25 países ''que ellos llamaron los líderes más importantes y representativos'' quisieron imponer un texto inconsulto y trataron de coartar el derecho de palabra de los presentes en la Cumbre.
La delegada de Venezuela en la Cumbre de cambio climático, Claudia Salermo, afirmó que el documento presentado por los 25 países desarrollados es una farsa y un golpe de Estado a la carta de Naciones Unidas.
En entrevista exclusiva con teleSUR, Salermo indicó que a su parecer, "lo que parecía más bochornoso es que Ban Ki Moon, que es el secretario General de las Naciones Unidas, estaba allí y bajos sus ojos se iba a consumar por 25 países desarrollados un golpe de Estado a la carta de Naciones Unidas que dice que todos los países somos iguales".
"¿Cómo es posible que 25 vayan a decidir por todos? Eso es una farsa lo que ellos querían presentar", indicó la delegada.
Salermo afirmó que "ellos (los 25 países) querían imponer ese texto para salir a dar una rueda de prensa y decir que había habido un acuerdo" y calificó los debates en el seno de la Cumbre como "una guerra muy fuerte de principios contra los intereses económicos".
La representante venezolana relató que los delegados habían sido convocados a las 20 horas locales para "conocer supuestamente el texto que 25 países seleccionados de los que ellos llamaron los líderes más importantes, representativos del mundo, habían llegado a un acuerdo sobre el cambio climático".
A las 23 horas, según indicó Salermo, "mientras esperábamos nosotros decentemente allí en la plenaria formal de la Naciones Unidas que estos 25 países, supuestamente iluminados, vinieran a informarnos cuál era el acuerdo sobre el cambio climático (...) sale una rueda de prensa de todos los principales lideres europeos y Obama mostrando éste es el acuerdo de cambio climático".
La delegada venezolana relató, todavía con indignación, como "todos los que estábamos en la plenaria nos tuvimos que acercar a las pantallas de televisión para ver de qué se trataba ese acuerdo que nosotros, los Estados soberanos del mundo, en ese momento desconocíamos".
Pasadas siete horas en espera de que el presidente de la Cumbre, el primer ministro de Dinamarca, Lars Loekke Rasmussen, hiciera acto de presencia y explicara a los representantes de 192 naciones lo que estaba sucediendo, éste simplemente ingresó "diciendo: 'En este momento les van a repartir el texto, éste es el acuerdo y esta reunión está suspendida para que ustedes lean esto y en algún momento se les va a convocar por la pantalla nuevamente", explicó.
"Cuando el primer ministro de Dinamarca se apareció a las tres de la mañana todos los delegados estaban dormidos sobre las mesas esperando, bochornosamente que él apareciera, y simplemente lanza el texto sobre la mesa y dice que se va", indicó Salermo.
Explicó además cómo se lastimó la mano golpeando la mesa y el pulsador para que se le permitiera el derecho a expresarse "yo me sentí tan violentada porque teníamos tantas horas esperando ese acuerdo (...) eran las tres de la mañana y golpeé tan duro la mesa, y mi indignación era tan grande que no me di cuenta y se me rompió la mano, y cuando vi mi mano ensangrentada me dije: No puede ser que en el sistema de las Naciones Unidas un Estado soberano tenga que golpear la mesa para poder ser escuchado".
Salermo afirmó que los representantes de Cuba, Ecuador, Nicaragua, Bolivia, y Venezuela se mantuvieron íntegros a sus principios "fuimos los únicos países que nos paramos y dijimos no vamos a aceptar que ningún imperio nos impongan ningún acuerdo de 25 cuando somos 192 países soberanos".
Informó además que el propio secretario general de las Naciones Unidas admitió que los procesos de los procesos de Copenhague estaban "viciados de fondo y de forma" y que se comprometía a que ese acuerdo que Estados Unidos quería imponer no pudiera ser aceptado.
"Y yo le dije yo nunca, así sea el único país que lo diga, no lo voy a aceptar, porque no le puedo mentir al mundo el compromiso de Venezuela es otro" destacó.
La delegada ante la Cumbre afirmó que Copenhague sirvió para poner al descubierto las diferencias "ahora nos toca con profundo compromiso ambiental, social, ecológico y humano buscar soluciones".
teleSUR / FC
La delegada de Venezuela en la Cumbre de cambio climático, Claudia Salermo, afirmó que el documento presentado por los 25 países desarrollados es una farsa y un golpe de Estado a la carta de Naciones Unidas.
En entrevista exclusiva con teleSUR, Salermo indicó que a su parecer, "lo que parecía más bochornoso es que Ban Ki Moon, que es el secretario General de las Naciones Unidas, estaba allí y bajos sus ojos se iba a consumar por 25 países desarrollados un golpe de Estado a la carta de Naciones Unidas que dice que todos los países somos iguales".
"¿Cómo es posible que 25 vayan a decidir por todos? Eso es una farsa lo que ellos querían presentar", indicó la delegada.
Salermo afirmó que "ellos (los 25 países) querían imponer ese texto para salir a dar una rueda de prensa y decir que había habido un acuerdo" y calificó los debates en el seno de la Cumbre como "una guerra muy fuerte de principios contra los intereses económicos".
La representante venezolana relató que los delegados habían sido convocados a las 20 horas locales para "conocer supuestamente el texto que 25 países seleccionados de los que ellos llamaron los líderes más importantes, representativos del mundo, habían llegado a un acuerdo sobre el cambio climático".
A las 23 horas, según indicó Salermo, "mientras esperábamos nosotros decentemente allí en la plenaria formal de la Naciones Unidas que estos 25 países, supuestamente iluminados, vinieran a informarnos cuál era el acuerdo sobre el cambio climático (...) sale una rueda de prensa de todos los principales lideres europeos y Obama mostrando éste es el acuerdo de cambio climático".
La delegada venezolana relató, todavía con indignación, como "todos los que estábamos en la plenaria nos tuvimos que acercar a las pantallas de televisión para ver de qué se trataba ese acuerdo que nosotros, los Estados soberanos del mundo, en ese momento desconocíamos".
Pasadas siete horas en espera de que el presidente de la Cumbre, el primer ministro de Dinamarca, Lars Loekke Rasmussen, hiciera acto de presencia y explicara a los representantes de 192 naciones lo que estaba sucediendo, éste simplemente ingresó "diciendo: 'En este momento les van a repartir el texto, éste es el acuerdo y esta reunión está suspendida para que ustedes lean esto y en algún momento se les va a convocar por la pantalla nuevamente", explicó.
"Cuando el primer ministro de Dinamarca se apareció a las tres de la mañana todos los delegados estaban dormidos sobre las mesas esperando, bochornosamente que él apareciera, y simplemente lanza el texto sobre la mesa y dice que se va", indicó Salermo.
Explicó además cómo se lastimó la mano golpeando la mesa y el pulsador para que se le permitiera el derecho a expresarse "yo me sentí tan violentada porque teníamos tantas horas esperando ese acuerdo (...) eran las tres de la mañana y golpeé tan duro la mesa, y mi indignación era tan grande que no me di cuenta y se me rompió la mano, y cuando vi mi mano ensangrentada me dije: No puede ser que en el sistema de las Naciones Unidas un Estado soberano tenga que golpear la mesa para poder ser escuchado".
Salermo afirmó que los representantes de Cuba, Ecuador, Nicaragua, Bolivia, y Venezuela se mantuvieron íntegros a sus principios "fuimos los únicos países que nos paramos y dijimos no vamos a aceptar que ningún imperio nos impongan ningún acuerdo de 25 cuando somos 192 países soberanos".
Informó además que el propio secretario general de las Naciones Unidas admitió que los procesos de los procesos de Copenhague estaban "viciados de fondo y de forma" y que se comprometía a que ese acuerdo que Estados Unidos quería imponer no pudiera ser aceptado.
"Y yo le dije yo nunca, así sea el único país que lo diga, no lo voy a aceptar, porque no le puedo mentir al mundo el compromiso de Venezuela es otro" destacó.
La delegada ante la Cumbre afirmó que Copenhague sirvió para poner al descubierto las diferencias "ahora nos toca con profundo compromiso ambiental, social, ecológico y humano buscar soluciones".
teleSUR / FC