Un alto funcionario de la Agencia Internacional del Desarrollo de Estados Unidos (USAID) ha confirmado que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) utiliza el nombre de la USAID para otorgar fondos y contratos a terceras partes que promueven sus operaciones. Según el funcionario, un veterano de la agencia que ocupa el cargo de gerente regional, la CIA está otorgando contratos bajo el nombre de la USAID sin que ésta este involucrada. Hace tres meses, dos agentes de la CIA fueron descubiertos pretendiendo ser empleados de la USAID en un país africano donde la agencia del desarrollo mantiene inversiones multimillonarias. Los agentes fueron removidos del país.
Hace días, según un reportaje en el New York Times, un funcionario de Development Alternatives, Inc. (DAI), una empresa contratista de la USAID, el Departamento de Estado y el Pentágono, fue detenido en Cuba mientras repartía material de comunicaciónes a sectores de la contrarrevolución.
La relación entre la USAID, una agencia del Departamento de Estado, y la CIA no es nueva. En 1974, el Congreso estadounidense clausuró una división de la USAID que fue utilizada por la CIA para entrenar, financiar y armar a más de un millón de policías en América Latina, Asia y el Medio Oriente. La Oficina de Seguridad Pública (Office of Public Safety “OPS”) fue establecida en 1957 por el presidente Eisenhower con la misión de entrenar y formar fuerzas policiales en otros países. Documentos desclasificados de la CIA confirman que el presupuesto de la OPS fue incluido en los millones otorgados anualmente a la USAID, pero sus operaciones fueron coordinadas por la agencia clandestina.
Durante la guerra en Vietnam, la USAID fue responsable por la distribución de “apoyo material” junto con la CIA en la Operación Fénix, la cual fue responsable por el asesinato de miles de vietnamitas. En Haití, la USAID ha sido acusada de financiar organizaciones involucradas en el golpe de Estado contra el Presidente Jean Bertrand Aristide en 2004. Desde junio 2002, la USAID mantiene una Oficina para las Iniciativas hacia una Transición (OTI) en Venezuela, a través de la cual ha canalizada millones de dólares a la oposición contra el Presidente Hugo Chávez. Más de dos mil páginas parcialmente desclasificadas de la USAID sobre sus actividades en Venezuela demuestran un patrón de financiamiento y apoyo estratégico exclusivamente dirigido a sectores de la oposición, con programas que buscan “fortalecer” sus partidos políticos, diseñar sus campañas políticas y ayudarles consolidar un movimiento contra el gobierno venezolano.
En Bolivia, la USAID fue expulsada este año por los habitantes de dos municipios, Chapare y El Alto, bajo la acusación de intervencionista. En septiembre, el presidente Evo Morales anunció la terminación del convenio oficial con la USAID debido al desvío de fondos multimillonarios hacia grupos separatistas que buscaban la desestabilización del país.
En el 2005, la USAID también fue expulsada de Eritrea y acusada de ser una agencia “neocolonista”. Etiopía, Rusia y Bielarrusia, han ordenado la salida de la USAID y sus contratistas durante los últimos cinco años.
Un informe de la oficina de contabilidad general de EEUU (GAO) del 2006 determinó que existían “problemas con la gestión de los subsidios” del Programa Cuba de la USAID. Millones de dólares destinados para “promover la democracia” en Cuba terminaron en manos de organizaciones en Miami, sin contabilidad ni seguimiento.
Según el periodista Jean-Guy Allard, uno de los casos más explícitos del trabajo sucio de la USAID fue en Uruguay, “Dan Anthony Mitrione, instructor norteamericano en técnicas de tortura, se apareció en Uruguay con credencial de la USAID, a finales de los 70, para adiestrar a policías, en un programa secreto de destrucción de las fuerzas de izquierda en toda América Latina.”
La Agencia del Desarrollo de Estados Unidos fue creada oficialmente en 1961 como una entidad dedicada a la ayuda humanitaria en el mundo. En 2009, la USAID fue formalmente incorporada en la Iniciativa Interagencial de Contrainsurgencia de Estados Unidos, junto al Departamento de Estado y el Pentágono. En 2007, fue publicado el documento, “La Contrainsurgencia para los políticos del gobierno de EEUU: Un trabajo en progreso”, que destacaba a la USAID como fundamental para asegurar el éxito de las operaciones de contrainsurgencia. “La USAID puede ayudar con los esfuerzos de contrainsurgencia del gobierno de EEUU…La USAID tiene oficinas de campo en 100 países en desarrollo, trabaja de manera cercana con organizaciones privadas, grupos indígenas, asociaciones de profesionales, organizaciones de fé y otras agencias gubernamentales…La USAID tiene relaciones, a través de convenios y contratos, con más de 3.500 empresas y 300 organizaciones privadas de EEUU…”
La Contrainsurgencia es una operación militar contra grupos considerados “rebeldes” o insurgentes. Movimientos de izquierda han sido considerados por Estados Unidos como “insurgentes” desde los años cincuenta. Tácticas de contrainsurgencia incluyen el uso de un conflicto armado para fomentar subversión, operaciones psicológicas y sabotaje económico para lograr neutralizar el adversario.
Si antes la CIA había utilizada a la USAID como fachada, sin que sus trabajadores lo supieran, hoy es de conocimiento pleno que la USAID se incorpora en las iniciativas de contrainsurgencia contra movimientos y estados considerados “adversarios” por Washington. Esta novedad la transforma de su mandato original de aportar ayuda humanitaria al mundo y la convierte oficialmente en una agencia de guerra
Hace días, según un reportaje en el New York Times, un funcionario de Development Alternatives, Inc. (DAI), una empresa contratista de la USAID, el Departamento de Estado y el Pentágono, fue detenido en Cuba mientras repartía material de comunicaciónes a sectores de la contrarrevolución.
La relación entre la USAID, una agencia del Departamento de Estado, y la CIA no es nueva. En 1974, el Congreso estadounidense clausuró una división de la USAID que fue utilizada por la CIA para entrenar, financiar y armar a más de un millón de policías en América Latina, Asia y el Medio Oriente. La Oficina de Seguridad Pública (Office of Public Safety “OPS”) fue establecida en 1957 por el presidente Eisenhower con la misión de entrenar y formar fuerzas policiales en otros países. Documentos desclasificados de la CIA confirman que el presupuesto de la OPS fue incluido en los millones otorgados anualmente a la USAID, pero sus operaciones fueron coordinadas por la agencia clandestina.
Durante la guerra en Vietnam, la USAID fue responsable por la distribución de “apoyo material” junto con la CIA en la Operación Fénix, la cual fue responsable por el asesinato de miles de vietnamitas. En Haití, la USAID ha sido acusada de financiar organizaciones involucradas en el golpe de Estado contra el Presidente Jean Bertrand Aristide en 2004. Desde junio 2002, la USAID mantiene una Oficina para las Iniciativas hacia una Transición (OTI) en Venezuela, a través de la cual ha canalizada millones de dólares a la oposición contra el Presidente Hugo Chávez. Más de dos mil páginas parcialmente desclasificadas de la USAID sobre sus actividades en Venezuela demuestran un patrón de financiamiento y apoyo estratégico exclusivamente dirigido a sectores de la oposición, con programas que buscan “fortalecer” sus partidos políticos, diseñar sus campañas políticas y ayudarles consolidar un movimiento contra el gobierno venezolano.
En Bolivia, la USAID fue expulsada este año por los habitantes de dos municipios, Chapare y El Alto, bajo la acusación de intervencionista. En septiembre, el presidente Evo Morales anunció la terminación del convenio oficial con la USAID debido al desvío de fondos multimillonarios hacia grupos separatistas que buscaban la desestabilización del país.
En el 2005, la USAID también fue expulsada de Eritrea y acusada de ser una agencia “neocolonista”. Etiopía, Rusia y Bielarrusia, han ordenado la salida de la USAID y sus contratistas durante los últimos cinco años.
Un informe de la oficina de contabilidad general de EEUU (GAO) del 2006 determinó que existían “problemas con la gestión de los subsidios” del Programa Cuba de la USAID. Millones de dólares destinados para “promover la democracia” en Cuba terminaron en manos de organizaciones en Miami, sin contabilidad ni seguimiento.
Según el periodista Jean-Guy Allard, uno de los casos más explícitos del trabajo sucio de la USAID fue en Uruguay, “Dan Anthony Mitrione, instructor norteamericano en técnicas de tortura, se apareció en Uruguay con credencial de la USAID, a finales de los 70, para adiestrar a policías, en un programa secreto de destrucción de las fuerzas de izquierda en toda América Latina.”
La Agencia del Desarrollo de Estados Unidos fue creada oficialmente en 1961 como una entidad dedicada a la ayuda humanitaria en el mundo. En 2009, la USAID fue formalmente incorporada en la Iniciativa Interagencial de Contrainsurgencia de Estados Unidos, junto al Departamento de Estado y el Pentágono. En 2007, fue publicado el documento, “La Contrainsurgencia para los políticos del gobierno de EEUU: Un trabajo en progreso”, que destacaba a la USAID como fundamental para asegurar el éxito de las operaciones de contrainsurgencia. “La USAID puede ayudar con los esfuerzos de contrainsurgencia del gobierno de EEUU…La USAID tiene oficinas de campo en 100 países en desarrollo, trabaja de manera cercana con organizaciones privadas, grupos indígenas, asociaciones de profesionales, organizaciones de fé y otras agencias gubernamentales…La USAID tiene relaciones, a través de convenios y contratos, con más de 3.500 empresas y 300 organizaciones privadas de EEUU…”
La Contrainsurgencia es una operación militar contra grupos considerados “rebeldes” o insurgentes. Movimientos de izquierda han sido considerados por Estados Unidos como “insurgentes” desde los años cincuenta. Tácticas de contrainsurgencia incluyen el uso de un conflicto armado para fomentar subversión, operaciones psicológicas y sabotaje económico para lograr neutralizar el adversario.
Si antes la CIA había utilizada a la USAID como fachada, sin que sus trabajadores lo supieran, hoy es de conocimiento pleno que la USAID se incorpora en las iniciativas de contrainsurgencia contra movimientos y estados considerados “adversarios” por Washington. Esta novedad la transforma de su mandato original de aportar ayuda humanitaria al mundo y la convierte oficialmente en una agencia de guerra