Por: Dozthor Zurlent
Irán, Libia, Siria, Venezuela... Con mentiras y calumnias EE.UU. puede demonizar a un jefe de gobierno y generar una crisis de “derechos humanos”
Muchos pupilos de Leo Strauss (y del principal pupilo de éste, Allan Bloom), todavía siguen influenciando las decisiones del gobierno estadounidense en política internacional bajo la modalidad de la Seguridad Nacional y los Intereses Estratégicos. Es bajo este liderazgo, que debemos ver tantas intervenciones que se han producido en pasadas décadas en el mundo, la lucha contra el terrorismo, y el caso ejemplo clásico de la invasión a Iraq, para lo que se inventaron el cuento de las armas de destrucción masiva como argumento del peligro que representaba Iraq a la seguridad de los EEUU. Pero la mentira se descubrió, los pueblos de EEUU, Canadá y Europa hoy en día desconfían y con razón de argumentos de este tipo. Esto ha llevado al imperialismo a repensar sus estrategias de intervención.
La inclusión de Samantha Powers como miembro del Consejo de Seguridad de Obama, ha permitido justo eso. Aunque no vista con buenos ojos debido a sus denuncias del unilateralismo de la política imperial de los Estados Unidos, por los seguidores de Strauss y por su afirmación, “otra de las fallas de la política exterior de EEUU es la manera como el poder israelí define y determina lo que es el 'interés nacional' de Estados Unidos... la estrecha relación entre Israel y Estados Unidos nos ha llevado a supeditar decisiones de política internacional al análisis que haga Israel”. Powers viene a convertirse en lo que los seguidores de Strauss y los miembros del American Enterprise Institute, justo necesitan.
¿Qué ha hecho entonces el imperialismo para seguir impulsando sus políticas intervencionistas y militaristas ahora que no es tan fácil usar la excusa de la amenaza a la seguridad nacional? Es precisamente Powers, la proponente del “Derecho a Protección” Internacional de los ciudadanos(as) de un país ante un peligro real o inminente a la integridad física de los mismos. Lo que implica que ningún país puede decir que los derechos humanos de sus habitantes son un asunto exclusivo de su jurisdicción.
Es en definitiva la excusa perfecta para aquéllos que controlan los medios internacionales y las principales agencias de noticias, para precisamente hacer lo contrario, afectar los derechos humanos de los ciudadanos al entrometerse en los asuntos internos de países soberanos. Con mentiras y calumnias pueden demonizar a un jefe de gobierno y generar una crisis de “derechos humanos” que justifique la intervención política-militar en un país.
Es en este contexto que debemos ver los procesos de desestabilización en Irán (tras la elección de Ahmadinejad); la invasión a Libia y las apresuradas decisiones del Consejo de Seguridad para legalizar la invasión; y los intentos de implicar al gobierno Sirio en el asesinato de sus ciudadanos cometidos por mercenarios; como maniobras bien orquestadas de la dominación imperialista para poner en segundo plano las crisis reales en otros países árabes aliados a las potencias imperialistas y crear el escenario para justificar la eventual invasión militar.
Otro de los aspectos de esta política, es que se sustenta en un supuesto apoyo regional: bien sea a través de un organismo títere dominado por EEUU y sus aliados, o a través de un grupo de países “democráticos”.
Es en este marco que debemos entender las maniobras de la oposición venezolana y sus constantes denuncias sobre supuestas violaciones a los derechos humanos. De esta manera aunque Venezuela no tenga el poderío militar para convertirse en una amenaza para la Seguridad de los Estados Unidos, puede de todas maneras ser agredida al convertirse el gobierno en una amenaza para los derechos humanos de sus habitantes. En el momento oportuno se inventan varios Goveias o francotiradores (¿recuerdan la Plaza Altamira y Puente Llaguno?) que salgan a matar gente de la oposición; los medios internacionales ya tendrán el libreto listo para culpar al gobierno de la muertes y generar las condiciones para la intervención.
El precedente de Libia entonces constituye un peligro para todos los gobiernos progresistas y anti-imperialistas del mundo. Curiosamente, los Estados Unidos siguen asesinando civiles en Afganistán, Iraq y Libia; Israel asesinando civiles en Palestina; y pare usted de contar, claro esos son daños colaterales... mejor saque sus propias conclusiones.
Tomado de: La Haine