miércoles, noviembre 22, 2006

Una ley para fraccionar al país

Guido Proaño A.


Quienes reclaman urgentes procesos de descentralización son las “cúpulas económicas… que pretenden feudalizar el Estado para retornar a los viejos moldes del caciquismo o el ejercicio del poder en niveles casi prepolíticos por parte de los pomposamente autodenominados notables, cabezas visibles de redes de influencia, poder, corrupción y clientelismo en el ámbito local”. Así opinaba en abril de 2004 el alcalde de Quito, General Paco Moncayo, en un artículo escrito bajo el título “ECUADOR: El Reto de la Descentralización”, que se lo puede encontrar en la web de la Izquierda Democrática.

Al poco tiempo, y con seguridad fruto del maridaje de la ID con el PSC, Moncayo ha dado a luz un nuevo pensamiento al respecto; ahora, junto a Jaime Nebot y otros alcaldes y prefectos de esos partidos, es uno de los impulsadores de la Ley Orgánica del Sistema Autonómico, con la que se busca llevar a tope la descentralización.

La propuesta no solo tiene problemas de orden legal; también trae consigo trampas que provocarán el ahondamiento de problemas que, supuestamente, se propone resolverlos. Es el instrumento deseado por grupos locales para afirmar su poder político y económico en determinadas regiones.

Ni el artículo 228 de la Constitución, ni el artículo 238 de la misma Carta, que son invocados como base para expedir la ley, le otorgan sustento legal. El primero determina de manera expresa cuáles son los organismos autónomos (consejos provinciales, concejos municipales, juntas parroquiales); y, el segundo (que trata de los regímenes especiales) describe al régimen especial con referencia demográfica y ambiental. En ningún lado la Constitución establece un régimen especial autonómico, por lo que, para aprobar dicha ley, previamente habría que reformar aquella, amén de otras ilegalidades contenidas, como la que establece la subrogación de los organismos legislativos y el desconocimiento de los mecanismos jurisdiccionales para la solución de conflictos.

Promover el desarrollo económico y el bienestar social en todas las regiones del país ha sido expuesto como motivo central. El excesivo centralismo –se dice- habría sido la causa para el desigual desarrollo regional y la pobreza. Sin embargo, de aplicarse este régimen los resultados serían negativos.

Es innegable la existencia de dos polos de desarrollo (Pichincha y Guayas), que concentran, de manera porcentual y absoluta, recursos económicos, industrias, bancos, empresas comerciales, servicios, fuerza de trabajo en general y calificada; el 81,5% de las recaudaciones totales del país (2005) están en estas dos provincias, así como también son, junto a Los Ríos y Manabí, las que mayor colocación de inversiones reciben, todo lo cual las pone en condiciones ventajosas y únicas sobre el resto, para afirmar su desarrollo, lo que a su vez es premisa para profundizar el desigual crecimiento regional. Únicamente esas dos provincias garantizan su autosostenimiento, a partir de la recaudación de impuestos.

Estudios respecto de la pobreza en el país, concluyen que mientras más pequeño es el nivel de gobierno, mayor es el porcentaje de la pobreza; en otras palabras, en las grandes ciudades, porcentualmente hablando, la pobreza es menor. Y son esos pequeños cantones los que carecen de recursos materiales y económicos para atender las necesidades de su población, por lo que se los condena al atraso y miseria. La única vía para obtener recursos radica en el establecimiento de impuestos que, dadas las condiciones de vida de sus habitantes, no están en capacidad de cubrirlos, lo cual no implica que aboguemos por ese mecanismo para resolver las necesidades financieras de los gobiernos seccionales.

Eso mencionamos a propósito del requisito básico para obtener el estatuto autonómico que demanda un elemento mínimo poblacional de 200 mil habitantes, caso contrario deberá constituirse una mancomunidad que desembocará en el aumento del aparato burocrático en medio de tanta carencia económica. Mas, los proponentes dejan abierto el camino para el tráfico de influencias, cuando entregan a la Asociación de Municipalidades Ecuatorianas (AME) la capacidad de dar el visto bueno “respecto de la viabilidad técnica, económica y operativa para convertirse en Gobierno Autónomo” a los cantones o provincias que individualmente no cumplan con el requisito poblacional previsto. Sépase que solo siete cantones superan el mínimo de 200 mil habitantes.

El propósito fundamental del proyecto es debilitar al Estado Nacional, a través de un proceso de distribución territorial del poder entre los grupos monopólicos, que buscan afirmar su control económico y político en las regiones en donde han alcanzado mayor desarrollo. Bien puede decirse que han llegado a un consenso para respetar sus zonas de influencia.

El establecimiento, en los hechos, de pequeños estados en manos de los caciques y grupos económicos y políticos locales, no solo será aprovechado para la acumulación capitalista de aquellos; el capital financiero imperialista es uno de los principales beneficiarios, al tener mejores condiciones de negociación frente a gobiernos pequeños y débiles.

La crítica al proyecto de Ley Orgánica del Sistema Autonómico no implica la defensa del Estado actual, y no solo por su condición burocrática y las evidentes expresiones de un centralismo dañino, sino, sobre todo, por su condición de instrumento de explotación al servicio de las clases dominantes.

Urge introducir mecanismos descentralizadores y desconcentradores en la administración estatal, de manera que se agilite la atención de las necesidades de las provincias, cantones, parroquias y sus habitantes; para limpiar la maraña burocrática que impide encontrar las huellas de quienes cometen actos de corrupción. Medidas que no deben llegar a la delegación de funciones en temas como educación, salud, explotación de recursos naturales, entre otros.

Ya hay experiencias negativas en este campo. La Ley de Descentralización y Participación ciudadana (1997) sirvió de base legal para traspasar competencias a los municipios en el manejo de los aeropuertos de Quito y Guayaquil. Lo primero que hicieron fue concesionarlos a empresas privadas; proceso similar ocurrió en Guayaquil con el agua potable, en donde se descubrió la contaminación del líquido con heces fecales. Interagua no respondió por ello, mucho menos el alcalde del puerto.

viernes, noviembre 17, 2006

La corrupción carcome al sistema

Editorial del semanario En Marcha, edición 1341.



Ahora muy pocos se alarman con lo que pasa con la Policía Nacional, los actos de corrupción en su interior o en los que están comprometidos sus integrantes son tan frecuentes que poco a poco se convierten en lugar común. La socorrida frase “se trata de un caso aislado”, a la que acuden los jefes policiales cuando salta un nuevo escándalo ya no convence. Las supuestas excepciones son la regla.

Los más recientes escándalos tienen que ver con la desaparición de tres cientos mil dólares que se encontraban bajo su custodia en Machala, de lo poco que se pudo recuperar del fraude propiciado por el desparecido notario José Cabrera. En aquel suceso ya se observó cómo oficiales y tropa de la Policía y el Ejército se apropiaban del dinero, mientras otros utilizaban aviones de la FFAA para recuperar sus “inversiones”.
Ahora se ha descubierto la participación de miembros de la Policía en el intento de liberar –vestido con uniforme policial- a un narcotraficante que cumple una pena de treinta y cinco años de cárcel en Quito. La participación de policías en bandas de traficantes de droga o de extorsionadores, o “simplemente” de uniformados que disparan a matar cuando un civil no accede a sus chantajes, son muchos de los otros casos de corrupción que evidencian la degeneración, la crisis de la Policía. Por supuesto, en la mayoría de estos sucesos, su cúpula encuentra chivos expiatorios para salvar su responsabilidad.

La podredumbre que se observa en dicha institución no es mayor ni menor a lo que ocurre en otras. Magistrados dedicados al chantaje o a negociar sentencias; diputados que reciben al hombre del maletín para aprobar leyes antipopulares; vocales en el TSE que reciben sumas millonarias para cambiar sus votos; ministros que obtienen jugosas utilidades en la suscripción de contratos con empresas extranjeras; curas pedófilos, atracadores de los fondo públicos, en fin… la lista es larga y demuestra que la corrupción está presente en toda la institucionalidad burguesa.

Esto que está ocurriendo no es más que la expresión viva de la crisis del sistema capitalista, de un sistema que tiene en sus raíces la corrupción. No es casual que esta se presente en todo el mundo, y sean los altos funcionarios gubernamentales quienes se encuentren comprometidos con actos dolosos en todo lado, aprovechando sus funciones para beneficiar a sus empresas o para enriquecerse personalmente.

La burguesía siempre ha perseguido y perseguirá el enriquecimiento; no le importa su vía o mecanismos. Nuestro pueblo dice con sencillez y experiencia que “el que más tiene, más quiere”. Un ejemplo es Álvaro Noboa; no le son suficientes sus ciento diez empresas, ahora quiere comprar el país para aprovecharse de sus riquezas, para festinar los recursos naturales que pertenecen a todo el pueblo. Creer que porque es rico no va a robar no solo es una burda ilusión sino una gran mentira promovida desde los círculos del magnate bananero. Su riqueza está sustentada en la explotación, en la violencia ejercida sobre sus trabajadores, en el robo a uno de sus propios hermanos. Noboa es corrupto, como lo es la institucionalidad de este sistema.

lunes, noviembre 06, 2006

No abandonar el discurso de la primera vuelta electoral

Editorial del semanario En Marcha, edición 1340

A escasos días de las elecciones del 26 de noviembre, se observan pocos cambios en la campaña de Álvaro Noboa, mientras que por el lado de Rafael Correa hay algunos que llaman la atención.
Noboa insiste en comprar la presidencia con ofrecimientos demagógicos, regalando camisetas y dinero por donde va y dando "circo" a quienes asisten a sus concentraciones, esperanzados en sacar algo de ellas. El candidato del PRIAN rebaja a sus electores a la condición de mendigos que corren desesperados tras las camionetas en busca de un pan o algo para vestir. Se trata de un espectáculo que han acostumbrado también hacerlo otros candidatos de la oligarquía como los del PSC o del PRE.
Aunque se han cuidado mucho en oficializar públicamente, los partidos de derecha como el Social Cristiano, Sociedad Patriótica, el PRE caminan con Noboa por la coincidencia ideológica y política y, en general, la más rancia oligarquía apuesta a esa candidatura, anhelando lograr su tan ansiada gobernabilidad, que no es otra cosa que un régimen que favorezca plenamente los intereses de las clases dominantes en medio de un control y represión al movimiento popular.
Por el lado de la candidatura de Rafael Correa, no está demás recordar que éste llegó a la segunda vuelta, fundamentalmente, por la acogida que tuvo el planteamiento de la Asamblea Constituyente, su oposición a la firma del TLC, así como el rechazo a la participación de Ecuador en el Plan Colombia y a la presencia de tropas yanquis en Manta. Con ese discurso ganó un electorado interesado en alcanzar un cambio social, en llevar adelante una reforma que golpee a los grupos políticos que se han turnado en el ejercicio del poder desde Carondelet. Sin embargo, en esta segunda ronda electoral Correa apunta mal, pues, erróneamente pretende competir en el terreno impuesto por el candidato del PRIAN. Si la oligarquía acude a la desesperación popular para conquistar su voto, ofreciendo casas, empleos y más cosas, sabiendo que no lo va cumplir, el candidato de Alianza País, no puede, no debe caer en lo mismo, buscando diferenciarse únicamente por el número de viviendas a construir o por el monto al que llegará un bono o un préstamo. Si Correa persiste en esa campaña va a borrarse el límite que diferencia a su candidatura que ha sido calificada como exponente de la izquierda, de la candidatura del derechista Álvaro Noboa.
Importantes sectores populares, de izquierdistas que no votaron por Correa en la primera vuelta, han decidido hacerlo justamente por que se presentó como una opción de cambio y como una oportunidad para frenar a la derecha; pero esos sectores no solo esperan que Correa mantenga su discurso de la primera fase electoral, sino inclusive que pueda radicalizare en algunos aspectos. El pueblo quiere cambios profundos; está cansado de ser objeto de burla y espera que Correa cumpla con su palabra.

lunes, agosto 07, 2006

Un proceso electoral que no entusiasma

Por: Guido Proaño A . / Periódico Opción

A escasos dos meses de las elecciones presidenciales de octubre, la frialdad y el escepticismo del electorado caracteriza al proceso; pero si esto es un problema para las fuerzas políticas participantes, lo más grave son las dificultades que éstas tienen en su interior, las desavenencias a la hora de estructurar sus listas han llevado en más de un caso a desafiliaciones y denuncias de unos sectores contra otros.

Resultan sintomáticos los conflictos que, por ejemplo, el Partido Social Cristiano ha tenido que sortear para conseguir el binomio de Cynthia Viteri; son varios los personajes –eso de lo que la opinión pública conoce- que le dijeron no a su propuesta, al parecer no querían mancharse con la imagen de León Febres Cordero que cobija a la candidata socialcristina. El PSC buscaba “caras”, un “out sider” para la vicepresidencia, para mostrar una imagen distinta a la rechazada por amplios sectores de la población. A la final, la línea escogida no les dio resultados y pusieron junto a Viteri a un desconocido empresario serrano: sacrificaron la imagen, pero garantizaron que sea uno de su clase.

La renuncia a la candidatura presidencial por parte del millonario populista Álvaro Noboa y el afán de coincidir en una alianza con el Partido Sociedad Patriótica de Lucio Gutiérrez es otra manifestación de los agudos problemas que tienen las organizaciones políticas burguesas. Noboa ha permanecido estancado en los últimos meses a pesar de la millonaria inversión efectuada, no solo en estos últimos meses, sino desde hace cuatro años. Para la Izquierda Democrática la suscripción del acuerdo con León Roldós le significó un gran remezón interno, pero las grietas dejadas se amplían ahora al estructurar las listas para el parlamento y para los consejos provinciales y municipales. En Quito y Cuenca, bastiones del partido socialdemócrata, los problemas rebasan la discusión interna y se ventilan en los sets de televisión y tras las grabadoras de los medios de comunicación.

Como ocurrió en el proceso electoral anterior, se está produciendo lo que alguien calificó como la “farandulización” de la política: presentadores de TV, animadores de programas de baile y de concursos de canto son llamados por uno u otro partido político, en el propósito de encontrar rostros que abran espacio a los caciques que temen no alcanzar representaciones sin la ayuda de aquellos.

Resultarían incompletas estas observaciones si no se mira lo que ocurre entre las fuerzas de izquierda. De hecho, aquí también hay problemas, auque no todos los casos tienen las mismas connotaciones.

El Partido Socialista optó por cambiarse de andarivel político al apoyar a Rafael Correa, negándose así a prestar su contingente para la formación de un frente de izquierda: el pragmatismo fue mayor que su discurso. Pachakutik, por su parte, enfrenta el peor momento político en todos los años de su existencia. Las pugnas internas son agudas y quienes allí apostaron por apoyar a Correa realizan todos los esfuerzos para impedir que se consolide la candidatura presidencial de Luis Macas y, más aún, la posibilidad de concretar un acuerdo de izquierda, teniendo en él al Movimiento Popular Democrático como uno de sus pilares. Este último, por su parte, ha sabido esperar “pacientemente” (lo exacto es decir consecuentemente) la solución de los problemas de Pachakutik para concretar una alianza que, como sus dirigentes han manifestado, podría llevar al retiro de la candidatura presidencial de Luis Villacís para que este acompañe a Macas en una fórmula de izquierda.

El escepticismo, desde un punto de vista, debe preocupar a la burguesía, pues, no solo expresa la desconfianza y quemeimportismo frente a los partidos políticos, sino que se extiende a toda la institucionalidad. Los ejemplos que argumentan a favor de esto abundan y las imágenes y consignas lanzadas en las acciones de abril del año pasado y las últimas movilizaciones populares en contra del TLC y por la salida de la Oxy son claros ejemplos de lo que estamos hablando.

Pero para la izquierda también debe ser motivo de preocupación, porque la ofensiva mediática de la burguesía para sembrar el apoliticismo en el pueblo ha tenido su efecto, al punto que en muchos sectores resulta difícil encontrar las diferencias existentes entre los partidos de derecha y los de izquierda. Así puede interpretarse la existencia de alrededor de un ochenta por ciento de ecuatorianos que mantienen indecisión e indiferencia frente a las candidaturas presidenciales; por supuesto, debería esperarse que el descontento popular se exprese en una fuerte adhesión a la izquierda, cosa que no se manifiesta en esos niveles. De hecho, la izquierda ha crecido, su influencia es mayor que en el pasado, mas no capitaliza lo que las condiciones del país podrían permitir.

Si miramos desde otro lado, el escepticismo del que hemos hablado puede significar para la burguesía una ventaja, al no gestarse un movimiento eufórico que clame por cambios. Esta frialdad beneficia a la ansiada estabilidad y a la búsqueda de la “gobernabilidad”. Sin embargo, con el pasar de los días la temperatura política aumentará y la participación popular también.

sábado, junio 10, 2006

Unidad de la izquierda: Mito o esperanza

Por: Guido Proaño A. / Opción


Diversos sectores se preguntan qué hace difícil la confluencia de los partidos y movimientos de izquierda en una gran alianza electoral para las elecciones de octubre venidero, si evidentemente existen excelentes condiciones y factores favorables para el accionar y desarrollo de este sector político y más aún si juntan sus esfuerzos. No solo las incomprensiones actúan en contra, hay asuntos más graves, que tienen que ver con las concepciones políticas y valoraciones estratégicas que torpedean la posibilidad de que la izquierda concrete un acuerdo electoral.

La última ocasión en que la izquierda se presentó unida, de cara a un proceso electoral, fue en el año 1988, cuando se constituyó el Frente de Izquierda Unida FIU con el Movimiento Popular Democrático, el Frente Amplio de Izquierda, el Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador, el Partido Comunista del Ecuador, una facción del MIR, el Movimiento Revolucionario de los Trabajadores y el Movimiento Socialista de los Trabajadores. El FIU presentó el binomio presidencial de Jaime Hurtado y Efraín Álvarez, y, el MPD, en una demostración de su compromiso unitario, cedió el primer puesto en la lista de diputados nacionales para que lo encabece René Maugé, en ese entonces secretario general del PC, que más tarde terminó en las filas de la Izquierda Democrática. A pesar de los esfuerzos por incorporar a todo el espectro de la izquierda, el Partido Socialista, tras jugar algunos meses a la unidad de la tendencia, optó por irse con el General Frank Vargas a la presidencia y con Enrique Ayala a la vicepresidencia. Por esos días y con ese propósito, se fraccionó de las filas del FADI el movimiento Liberación Nacional, encabezado por Alfredo Castillo, ex ministro de gobierno del actual régimen y binomio de Álvaro Noboa en las elecciones de 1998. Frank Vargas fue luego ministro de gobierno de Abdalá Bucaram y Castillo su asesor.

La alianza electoral que llevó a Lucio Gutiérrez a la presidencia en el año 2002 en realidad no fue una unidad de izquierda. Sociedad Patriótica y Gutiérrez no solo evadían tal calificativo sino que se resistían al mismo; Pachakutik, de la misma manera, oficialmente ha preferido no asumir la condición de un movimiento de izquierda, aunque en su interior sí hay quienes ubican a su movimiento en esa línea. El MPD no fue parte de la alianza, pero apoyó el proyecto desde afuera, por considerarlo de un contenido popular y progresista. El comportamiento del PSE en ese año se asemejó al adoptado en 1988. Habló de fusionarse con Sociedad Patriótica, condicionó que el MPD no forme parte de la alianza para… finalmente apoyar a León Roldós. Esa experiencia dejó en claro que sí es posible propinar una derrota electoral a la derecha si se unen las principales fuerzas del movimiento popular ecuatoriano.

Hoy estamos frente a un nuevo esfuerzo unitario. A inicios de este año, la dirección nacional del Movimiento Popular Democrático formuló un llamado a los partidos y movimientos de izquierda con o sin registro electoral, para constituir una alianza electoral que enfrente al continuismo de derecha. Dos condiciones planteó desde un inicio el MPD: estructurar un programa de gobierno que proponga radicales transformaciones en la sociedad ecuatoriana; y, que los candidatos salgan de las filas de la misma izquierda. Dos requisitos necesarios para garantizar y afirmar el perfil de izquierda de la propuesta.

Han pasado cinco meses desde que ese llamado se hizo público y aún no ha sido posible su cristalización. El MPD, en tres ocasiones ha insistido de manera oficial y a través de los medios de prensa en su propuesta inicial. Por supuesto, nadie al interior de la tendencia ha dicho estar en contra de la unidad. Las conversaciones han sido diversas y las evasivas también. Organizaciones como el Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador, la organización La Comuna, la Juventud Revolucionaria del Ecuador, el Movimiento Nuevo País han expresado su voluntad para caminar juntos, pero en el Partido Socialista y en Pachakutik la dilatoria ha sido la norma.

En estos días el PSE ha dicho no más rodeos y, fiel a su tradicional conducta, encontró que la izquierda no está en la izquierda sino en la derecha, con Correa, y optó por aliarse a él. No sorprende esta resolución, porque durante todos estos meses fue de dominio público que en su interior se producía una pugna entre quienes calculaban que mejor negocio era ir con Roldós y quines pensaban que mejor era estar con Correa. Por cierto, el debate respecto de construir una alianza de izquierda estuvo arrinconado, por decir lo menos. La resolución del PSE es, por donde se la mire, pragmática y expresa el abandono de la perspectiva revolucionaria, pues, privilegia la eventualidad de beneficiarse de un porcentaje electoral que le permita mantener su inscripción en el Tribunal Supremo Electoral. Con esa lógica se alió en las elecciones seccionales del 2004 con el oligarca Rodrigo Paz en Quito, y buscaba hacerlo ahora con León Roldós, pero se encontró con la oposición de la Izquierda Democrática que condicionaba su apoyo desde fuera de la alianza.

Lo ocurrido en Pachakutik tiene una particularidad. De lo que se ha podido evidenciar, en su interior se ha producido una intensa confrontación entre tres tendencias: El diputado Jorge Guamán y Lourdes Tibán propugnaban poner el vicepresidente(a) a Rafael Correa; el alcalde de Cotacachi, Auki Tituaña, era partidario de participar con candidatos indígenas propios; y, un sector que finalmente pudo imponerse, partidario de trabajar por una alianza con los movimientos sociales, organizaciones y partidos de izquierda, con Luis Macas como candidato a la presidencia.

La resolución última de Pachakutik (del 24 de mayo pasado), sin duda, es muy importante y trascendente al establecer –como decimos líneas arriba- la necesidad de trabajar por una alianza con los movimientos sociales, las organizaciones y partidos de izquierda y negar la posibilidad de acuerdo alguno con Rafael Correa. Esa resolución alimentó entre los militantes orgánicos e inorgánicos de la izquierda la expectativa y la esperanza de concretar la alianza de la tendencia. Sin embargo es notorio que los problemas internos de Pachakutik siguen pesando y, al parecer, el espíritu de dicha resolución buscaría ser burlado.

Para nadie es desconocido que en el movimiento popular ecuatoriano existen dos grandes referentes: el Frente Popular y la CONAIE. Es de entenderse que si la resolución de Pachakutik es privilegiar un acuerdo con los movimientos sociales, el Frente Popular debería ser considerado como prioridad, pues, aporta un importante contingente político, orgánico y electoral. No obstante, de acuerdo a declaraciones de los dirigentes del FP, ningún contacto se ha producido; cosa igual han manifestado los dirigentes del MPD, que ejerce una notable influencia en las organizaciones integrantes de este frente. ¿Qué ocurre en Pachakutik? ¿Hacia dónde están mirando?

La coyuntura política nacional e internacional actúa como un imperativo para la unidad de las fuerzas de izquierda. Ésta tiene la obligación de dar una respuesta positiva a ese anhelo existente entre los trabajadores y los pueblos, poniendo en la mira la perspectiva revolucionaria. Una alianza de izquierda, sin duda alguna, jalona a un electorado mayor al 17% que este momento tendría uniendo los porcentajes electorales de Pachakutik, del MPD y del PSE; pero más que eso, abriría en la conciencia y en la mente de nuestro pueblo la confianza de avanzar en nuevos combates y alcanzar nuevas victorias como la expulsión de la Oxy. Una alianza de la izquierda alimenta en el pueblo el deseo de enfrentar a la oligarquía y el anhelo de ser poder.

lunes, abril 17, 2006

¿Se acuerdan de los forajidos?


Por Guido Proaño A. / Periódico Opción

Hace un año emergieron los forajidos; lo hicieron con fuerza y sobre todo con mucho apoyo de parte de los grandes medios de comunicación. Inusualmente al tratamiento que la prensa da a los movimientos sociales que toman las calles para hacer escuchar su voz, los micrófonos de las radios, los sets de televisión y las páginas de los principales rotativos del país se abrieron por entero para difundir y amplificar sus acciones, y decimos amplificar en el término exacto de la palabra: engrandecer, incrementar.

El contagio fue rápido, particularmente en ciudades como Quito y Cuenca, y en el exterior se habló bastante de la rebelión de los forajidos. Aquí y afuera se proclamó el nacimiento de un movimiento que rompía esquemas, sobre todo los prototipos “tradicionales” de la acción del sindicalismo y de una “izquierda anquilosada”, a quienes se vaticinó el deceso.

Al calor de una protesta que exigía la destitución del traidor Lucio Gutiérrez, también se lanzaron dardos en contra de las principales organizaciones populares, partidos y movimientos de izquierda. De hecho, se pudo advertir en ello una intencionalidad, más aún escuchando y viendo quienes promovían y azuzaban esos puntos de vista. Aunque podía parecer explicaciones novedosas presentadas sobre la espontaneidad del movimiento, la inexistencia de un centro conductor, el despertar de una ciudadanía, el apoliticismo de los actores y del movimiento en sí, en realidad, no era más que una recreación de conocidos puntos de vista que desde hace tiempo rondan –sobre todo en el exterior- como parte de un pensamiento postmodernista, reaccionario por su esencia y por los intereses y propósitos que defiende y encierra.

Los forajidos surgieron al escenario político en medio de una aguda crisis que desembocó en la caída de Gutiérrez y en el ascenso de Alfredo Palacio como presidente de la república, y más que un movimiento en el sentido marxista de la palabra, fue una eclosión social. Se incubó al calor de los fallidos esfuerzos realizados por la Izquierda Democrática y el Partido Socialcristiano para llevar la oposición parlamentaria a la acción callejera con participación de las masas, de allí su matriz política –no reconocida, por supuesto- y su composición social básicamente pequeño burguesa media y alta, que se sentía resentida por tener como presidente a un “indio”, a un “yumbo” (como coreaban en las calles de la capital); y que encontró el momento para la revancha social.

No fue la primera vez que estos sectores medios y altos de la sociedad buscaban tener presencia relevante en momentos de crisis política. En el pasado, y más exactamente en el levantamiento popular que echó del poder a Jamil Mahuad, optaron también por tomarse las calles… pero para defender a Mahuad. La tribuna de la Shiris, como hace un año, también fue su punto de convergencia. Equiparando diríamos, la Shiris es la plaza Altamira de los escuálidos en Caracas.

Calificar a los forajidos como expresión política circunstancial de las clases medias no niega la participación de sectores de trabajadores, de la juventud popular, de pobladores de barrios pobres en las jornadas de abril del 2005. Y es explicable porque en los meses y días previos, a raíz de la entrega abierta de Gutiérrez a los grupos oligárquicos criollos y a la política del gobierno estadounidense, la oposición popular tomaba cuerpo. El combate a la corrupción, la oposición a la participación en el ALCA y luego a la firma del TLC, la exigencia de expulsar a las tropas norteamericanas de la base de Manta, el rechazo al involucramiento en el Plan Colombia eran, junto a las reivindicaciones particulares de los distintos sectores sociales, medidas que el movimiento popular exigía al gobierno. La consigna “Fuera Gutiérrez, gobierno popular” fue asumida en enero del 2004 en una Asamblea Nacional de los Trabajadores y los Pueblos del Ecuador, en la que participaron las principales organizaciones sindicales, campesinas, indígenas, del magisterio, estudiantiles, poblacionales del país, excepto la CONAIE que, durante el gobierno de Gutiérrez y aún hasta hace poco, acusaba problemas internos y de una notoria flaqueza para poner en movimiento a sus integrantes.

De hecho, de manera circunstancial y como resultado también de las debilidades de la izquierda y del movimiento sindical y popular, el movimiento de los forajidos capitalizó el descontento social y apareció vigoroso y triunfante.

Efectivamente, los forajidos pusieron en el Palacio de gobierno a Alfredo Palacio, abandonando inmediatamente la consigna ¡fuera todos!, arguyendo que eso había que entenderlo… en perspectiva. Nació el gobierno de los forajido, alguno de los principales funcionarios se autocalificó como el forajido número uno; el resto seguía en numeración, sin duda. El poderoso “movimiento asambleísta” (como fue presentado) pronto perdió el ritmo, y si hoy subsiste alguna asamblea es con mucha formalidad.

En un artículo escrito en esos días, que lo titulamos El límite de los forajidos, señalábamos que este se encontraba prefijado, porque su interés no era revolucionar la sociedad sino únicamente mejorarla, sin apartarse de lo que el Derecho permite, lo que ponía límite a su proyección histórica. La piedra angular del cambio estaba en el reconocimiento de los derechos ciudadanos, en el respeto a la Constitución, al Estado de Derecho, dando potestad para la resolución política de la crisis a una “sociedad civil” aclasista organizada y representada por ONGs en reemplazo de los partidos y del movimiento sindical y popular. Se trató de un movimiento funcional al sistema, en el que las clases dominantes y el gobierno norteamericano se apoyaron para proceder a un recambio, asegurando la continuidad de una política al servicio de los mismos grupos oligárquicos que han dominado al país, y en beneficio del capital financiero imperialista.

Lo que vino está más fresco; Palacio burló sus ofrecimientos de consultar al pueblo temas medulares como se comprometió la noche del 20 de abril, tiene prisa en firmar el TLC, decreta Estados de Emergencia en cuanta provincia se levanta para exigir atención a sus necesidades, el ejército y la policía reprimen con brutalidad las protestas que exigen la caducidad del contrato de la Oxy y rechazan la firma del TLC, los dirigentes populares son perseguidos, encarcelados, amenazados, en fin. Palacio se asemeja mucho al “dictócrata” que cayó hace un año, pero ya no se escuchan los “tablazos” ni se organizan los “rollazos” de los forajidos. Ahora por la Shiris solo transitan los vehículos y si suenan los silbatos o pitos, es porque algún candidato abrió por allí su central de campaña para ganar el voto de los sectores medios y altos de la sociedad.

Mas, a quienes se proscribió su voz y se ocultó sus acciones en las jornadas de abril persisten con su trabajo. El movimiento popular y la izquierda revolucionaria tienen la iniciativa en las acciones de protesta de estos días; siguen peleando como lo han hecho durante mucho tiempo y mantendrán ese accionar cuanto sea necesario hasta alcanzar el verdadero cambio social. Tarea dura, no de pocas semanas, a veces puede significar la lucha de toda una vida.

El pueblo peruano persiste en la búsqueda del cambio

Tomado del periódico En Marcha. Edición 1313


El triunfo de Ollanta Humala en las elecciones del 9 de abril expresa el rechazo del pueblo peruano al neoliberalismo y el bregar por conquistar un cambio social. Ofreció reivindicar al pueblo y defender la soberanía nacional. El pueblo lo mira como un candidato de izquierda, pero Humala rechaza tal calificativo.

De entre veintiún candidatos presidenciales, Ollanta Humala ganó la primera vuelta electoral en las pasadas elecciones en Perú; ahora disputará la presidencia con el candidato del APRA, Alan García, quien fuera ya presidente de la república años atrás, en cuya administración el país conoció una grave crisis económica nunca antes vivida.

El gran número de candidatos presidenciales -de entre los que al menos tres se reivindicaban de izquierda- evidencia la dispersión política existente y la aguda crisis que sacude a un país en el que la mayoría de sus 27 millones de habitantes vive en la pobreza o muy cercana a ella.

Hace cuatro años el pueblo peruano llevó a la presidencia a Alejandro Toledo, quien, para ganar el respaldo popular, jugó con su origen pobre y con un discurso demagógico que manipuló elementos de la identidad indígena y fustigó al neoliberalismo y a los ricos por los problemas del Perú. Pero Toledo sometió al país al conocido recetario neoliberal de las últimas tres décadas, incrementando graves problemas sociales ya existentes como el desempleo, los bajos salarios, la pobreza, la desatención a poblaciones, etc. El gobierno de Toledo ha enfrentado la movilización popular que, entre otras cosas, ha combatido el entreguismo al imperialismo norteamericano, expresado de manera clara en la reciente firma del TLC con Estados Unidos.

El desencanto popular anidado en estos años y el repudio al neoliberalismo han sido cosechados ahora por Ollanta Humala, candidato del Partido Alianza Nacionalista. Con un discurso en el que categóricamente expresa su rechazo al neoliberalismo, ofrece reactivar el aparato productivo entregando crédito a los agricultores, acercar a la población a la cultura, atender el ámbito social, elevar los salarios de los trabajadores y empleados, reconocer, respectar y promover los derechos de los pueblos indígenas, Humala obtuvo el 31% de los votos, seguido muy de cerca por Alan García y Lourdes Flores, candidata de los sectores más reaccionarios del Perú.

El pueblo peruano ha votado por el cambio y en contra del neoliberalismo; ha dado su apoyo a un candidato que ha presentado su nacionalismo como respuesta a la ingerencia política extranjera; pero que lo ha llevado también a niveles peligrosos, avivando rencillas territoriales con sus vecinos (Chile y Ecuador) acudiendo de esta manera a elementos políticos reaccionarios, en los que la oligarquía y el militarismo peruanos se han apoyado en momentos de crisis para cerrar filas a su alrededor y cumplir con sus intereses económicos y políticos.

Humala ha rechazado ser de izquierda (aunque la oligarquía lo ha membretado como tal, y esa una de las razones para que el pueblo vote por él), insistiendo ser nacionalista, “de los de abajo”, señalando que con ellos “y con todos” se propone gobernar. De hecho, Humala proviene de una familia acomodada, que le permitió educarse en la Sorbona de París y en la Universidad Católica en su país.

Las elecciones en segunda vuelta no son sencillas para Humala; deberá superar y atraer a la marcada fragmentación política que comprende un veinte por ciento, sin contar a quienes ocuparon el segundo y tercer puestos. Pero más aún, a García le resulta más fácil atraer al electorado de Lourdes Flores y en general el apoyo de la facción burguesa que apostó a esa candidatura.

Los días venideros la temperatura política peruana se elevará, pues, está claro que para los sectores de la burguesía que han tenido en estos años el gobierno del Perú, y para el imperialismo norteamericano, la presencia de Ollanta Humala no es de su agrado, ya que puede apartarse del esquema trazado que tienen para ese país y para la región.

martes, marzo 28, 2006

Ventana sobre la memoria, de Las palabras andantes

Eduardo Galeano
Ventana sobre la memoria, de Las palabras andantes

" A orillas de otro mar, otro alfarero se retira en sus años tardíos.
Se le nublan los ojos, las manos le tiemblan, ha llegado la hora del adiós. Entonces ocurre la ceremonia de la iniciación: el alfarero viejo ofrece al alfarero joven su pieza mejor. Así manda la tradición, entre los indios del noroeste de América: el artista que se va entrega su obra maestra al artista que se inicia.
Y el alfarero joven no guarda esa vasija perfecta para contemplarla y admirarla, sino que la estrella contra el suelo, la rompe en mil pedacitos, recoje los pedacitos y los incorpora a su arcilla.

lunes, marzo 27, 2006

CAMPAÑA PARA SUBASTAR EL PAÍS

Editorial del Semanario En Marcha. Edición 1311

Las masivas movilizaciones que durante estos meses se han producido en contra de la firma del Tratado de Libre Comercio TLC, protagonizadas por diversos sectores sociales, expresan de manera clara que la mayoría de los ecuatorianos advierten en el TLC un instrumento negativo para el progreso del país y para el bienestar de los pueblos. Tal comportamiento no tiene otra explicación que el desarrollo de la conciencia del pueblo y la desconfianza de éste en la política del gobierno norteamericano y en las acciones de la administración de Alfredo Palacio.
La preocupación gubernamental y de la burguesía, al respecto, es evidente, y se nota en la serie de medidas adoptadas. Por un lado, al igual que ha ocurrido en otras ocasiones, han querido explicar –y al mismo tiempo descalificar- la movilización social como fruto de la manipulación política y aún de la acción externa, como lo dijo Enrique Proaño, Secretario de Comunicación, al acusar al gobierno venezolano de tener ingerencia en la protesta popular.

Pero eso no es todo, dado que entre los trabajadores y el pueblo se afirma la oposición y rechazo al TLC, de parte del gobierno, de los industriales, de los grandes comerciantes y otros sectores oligárquicos, se ha desatado una intensa ofensiva, a través de la radio, tv, prensa escrita y más, para convencer a los ecuatorianos que el desarrollo, el progreso y el bienestar van de la mano de la firma de dicho tratado. Al mismo tiempo, esta campaña procura demostrar que, quienes se oponen al TLC y participan en las acciones callejeras, desconocen lo que aquel significa y el contenido de las negociaciones.

Efectivamente, muchos sectores de trabajadores, campesinos, de jóvenes, de integrantes de los pueblos indígenas desconocen elementos de las negociaciones y aspectos técnicos de las mismas; pero les resulta muy sencillo comprender que si ingresan productos agrícolas subsidiados a menor precio, los campesinos, los pequeños y medianos productores quebrarán, el desempleo crecerá, el dinero no habrá para comprar, así temporalmente las cosas sean más baratas.

El gobierno ha llevado todo el proceso de negociación de este tratado en total reserva, ocultando el conocimiento pleno por parte del pueblo, para evitar el desenmascaramiento de su postura entreguista y servil a los intereses estadounidenses. A la altura de las “negociaciones” no es suficiente que estas se produzcan de manera abierta, la exigencia de la consulta popular y que no se firme el TLC son las banderas de lucha que el movimiento popular debe ponerlas en primer plano.

miércoles, marzo 22, 2006

BOMBAS INTLELIGENTES

Eduardo Galeano
 
Las bombas inteligentes, que tan burras parecen, son las que más saben. Ellas han revelado la verdad de la invasión. Mientras Rumsfeld decía: “Estos son bombardeos humanitarios”, las bombas destripaban niños y arrasaban mercados callejeros.
 
El país que más armas y más mentiras fabrica en el mundo desprecia el dolor de los demás. “Nosotros no contamos a los muertos”, contestó el general Franks, cuando alguien le preguntó sobre los daños colaterales, como se llaman los civiles que vuelan en pedazos sin comerla ni beberla.
 
Babilonia, la ramera del Antiguo Testamento, merece este castigo. Por sus muchos pecados y por su mucho petróleo.
 
Los invasores buscan las armas de destrucción masiva que ellos habían vendido, cuando el enemigo era amigo, al dictador de Irak, y que han sido el principal pretexto de la invasión. Hasta ahora, que se sepa, no han encontrado más que armas de museo, en muy desigual combate.
 
Pero, ¿son armas de construcción masiva los misiles gigantes que ellos disparan? Los invasores tienen a la vista las armas tóxicas y las armas prohibidas: las están usando. El uranio empobrecido envenena la tierra y el aire y los racimos de acero de las bombas de fragmentación matan o mutilan en un área que va mucho más allá de sus blancos.

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EL 80,6% DE LAS VENTAS A EEUU ES DE 24 EMPRESAS

El 80,6% de las ventas a EEUU es de 24 empresas
Petroecuador debería pagar un arancel del 0,3% en el caso de eliminarse el Atpdea este año


No todos son pesimistas sobre lo que pasaría si no llega a firmarse el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre el Ecuador y los EEUU y una posible derogatoria de la Ley de Preferencias Arancelarias y Erradicación de la Droga (Atpdea).
En opinión del consultor Patricio Ruiz, en el país existen alrededor de 1 599 empresas exportadoras a los EEUU. De ellas, solo 24 compañías controlan el 80,6% de las exportaciones. "De las 24 empresas, 10 son petroleras y nueve son filiales de transnacionales. La única empresa nacional es Petroecuador". En su opinión, si se elimina la Atpdea, el petróleo pagaría un arancel del 0,3%. "La segunda empresa en importancia de las 10 empresas petroleras es Occidental (Oxy), la cual controló el 15% de las exportaciones totales a EEUU".
Respecto a otros productos, como las flores frescas, Ruiz aclara que sin Atpdea estos productos deberán pagar un arancel del 6,8%. "El sector floricultor tiene un margen de ganancia de entre 40% y 50%. Si tendría que pagar el arancel reduciría su margen de ganancia a entre el 34% y el 44%, lo cual no afectaría la actividad de las flores". (CVN)


Tomado de: DINERO Diario de Negocios (suplemento de diario Hoy)

lunes, marzo 20, 2006

Examen de redacción

La revista "Famille Educatrice", de Paris, ha publicado en sus páginas, transcrito literalmente, un ejercicio de examen de redacción, cuyo tema era:"Describir un mamífero o un ave". De puro disparatado bordea lo genial. Ignoramos quién será su autor, aunque suponemos que un joven de catorce a dieciséis años. Causó tanta impresión a los profesores franceses que el tema se conserva hoy en el Museo Pedagógico de París. Este es el documento francés, respetando escrupulosamente su redacción:"El pájaro de que voy a hablar es el búho. El búho no ve de día y de noche es más ciego que un topo. No sé gran cosa del búho, así que continuaré con otro animal que voy a elegir: la vaca. La vaca es un mamífero. Tiene seis lados: el de la derecha, el de la izquierda, el de arriba, el de abajo. El de la parte de atrás tiene un rabo, del que cuelga una brocha. Con esta brocha se espanta las moscas para que no caigan en la leche. La cabeza le sirve para que le salgan los cuernos y, además, porque la boca tiene que estar en alguna parte. Los cuernos son para combatir con ellos. Por la parte de abajo tiene la leche. Está equipada para que se le pueda ordeñar. Cuando se la ordeña, la leche viene y ya no para nunca. ¿Cómo se las arregla la vaca? Nunca he podido comprenderlo, pero cada vez sale con más abundancia.El marido de la vaca es el buey. El buey no es mamífero. La vaca no come mucho, pero lo que come lo come dos veces, así que ya tiene bastante. Cuando tiene hambre muge, y cuando no dice nada es que esta llena de hierba por dentro. Sus patas le llegan hasta el suelo. La vaca tiene el olfato muy desarrollado, por lo que se le puede oler desde muy lejos. Por eso es por lo que el aire del campo es tan puro".

UNA NUEVA EXPRESIÓN DE LA CRISIS POLÍTICA

Editorial del semanario En Marcha. Edición 1310


Si por algo es conocido el país en el contexto internacional, se debe a las agudas manifestaciones de la crisis política, que con características específicas se presenta en uno y otro momento; pero dada la gravedad de los problemas existentes y la rápida secuencia de una crisis a otra, aparece como una sola e irresoluble. De hecho, la burguesía aqueja lo que han calificado como “crisis de gobernabilidad”.

En estos días asistimos a un nuevo momento crítico en la vida del país, en el que el protagonismo fundamental tienen los pueblos del Ecuador, que han optado por la lucha callejera y de masas, como mecanismo de expresión política. La realización de paros en varias provincias por sus reivindicaciones materiales particulares, coincidentes con las acciones que el movimiento indígena despliega particularmente en la zona central y norteña de la serranía para manifestar su rechazo a la suscripción del TLC y demandando la caducidad del contrato que el Estado mantiene con la Oxy, y las acciones que otros sectores, particularmente, los estudiantes secundarios y universitarios empujan con similares bandera, muestran a un país convulsionado, a un pueblo levantado y a un gobierno arrinconado.

Señalar que el gobierno de Alfredo Palacio acusa debilidad no es nada nuevo, pero es un hecho que en estos días su fragilidad es mayor. El Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, la semana pasada, tuvo que hacer público el respaldo al presidente, pronunciamiento que deja en claro dos aspectos: la crisis política puso en riesgo su permanencia; o, hay sectores que, aprovechando el momento político, buscan tumbar a Palacio. Se conoció también, en estos días, que Palacio habría manifestado su decisión de renunciar, lo que confirma la inestabilidad gubernamental. Conciente de las flaquezas de la institucionalidad, llamó a defender los pequeños resquicios que de ella perviven.

Pero a su vez, el pronunciamiento de las Fuerzas Armadas no es más que el eco de los deseos y órdenes de la embajada yanqui, que quiere rápidamente que el Ecuador suscriba el TLC, y rápido significa con este gobierno. En esa línea actúa también la oligarquía que, mostrando su condición antipopular y servil al imperialismo, clama por la firma del TLC.

El movimiento popular en contra del TLC y la Oxy cobra fuerza, no es solo el movimiento indígena el que se expresa de esa manera. Los estudiantes secundarios y universitarios desplegaron combativas acciones de lucha, por los mimos motivos, durante dos semanas en el mes de enero, la huelga declarada por los trabajadores el 8 de marzo tuvo en su plataforma dichas exigencias. Es evidente que la protesta se va generalizando, y al calor de ella la represión aumenta también. El Ministro de Defensa, Osvaldo Jarrín, no solo se mostró amenazante ante las cámaras de TV, sino que sus hombres han arremetido con salvajismo en Napo, Sucumbíos y contra las acciones de estos días.

Es al calor de estas acciones de protesta que el movimiento popular ecuatoriano debe forjar la unidad, porque evidentemente hace falta coordinación. Los exclusivismos deben quedar a un lado, para construir un solo frente que haga retroceder las pretensiones de la burguesía y el imperialismo.

domingo, marzo 19, 2006

EL BANCO MUNDIAL NO ENTIENDE; LOS PUEBLOS SÍ

por Guido Proaño A.

El Banco Mundial ha puesto en circulación en estos días un informe titulado “Reducción de la pobreza y crecimiento: Círculos virtuosos y círculos viciosos”. De a acuerdo a los autores del documento, “la tesis más innovadora del informe es que la pobreza persistente de América Latina puede, por sí misma, estar entorpeciendo el logro de tasas de crecimiento más altas”. No hay duda que la pobreza engendra pobreza, pero esta no existe por sí; tiene connotaciones estructurales que el informe no las toma en cuenta, lo cual no llama la atención tratándose de una institución como el Banco Mundial, sobre el que recae parte de responsabilidad en la problemática económica y social latinoamericana. (texto completo: http://www.voltairenet.org/article135752.html#article135752
La lucha contra el TLC se forja en el marco de perspectivas más amplias
Por: Franklin Falconí (OPCION )

Varios titulares califican a lo que el país vive en estos días como: 'una ola de paros'. Pero esta ola ha ido adquiriendo fuerza poco a poco, no surgió de pronto, desde los páramos, sino que se ha ido construyendo desde diversas vertientes populares, con diversos contenidos y niveles de intensidad. Sus orígenes, para hablar de este año, están en los torrentes juveniles de enero. La reivindicación muy sentida del carné estudiantil puso a miles de jóvenes de Quito en las calles, a enfrentar la testarudez y autoritarismo de Alfredo Palacio y su Ministro de Educación que, al final, tuvieron que ceder frente a los planteamientos de la Federación de Estudiantes Secundarios del Ecuador (FESE).

Esa lucha trajo lecciones importantes: primero, que la pelea radical, consecuente, inclaudicable, logra victorias, y segundo: que es posible que los jóvenes y todos los pueblos adquieran conciencia y se movilicen también por temas que aparentemente no son parte de la agenda inmediata de cada sector: la defensa de la soberanía expresada en el tema TLC y OXY. No pocos periodistas constataron con sorpresa el conocimiento y posición clara que los dirigentes y jóvenes estudiantes mostraban sobre estos temas.

Pero este movimiento tampoco es que apareció de la nada, tuvo ya un proceso previo de fortalecimiento, tanto en la definición de sus banderas específicas, como en el de las banderas más generales, de carácter nacional. La intensidad que mostraron esas luchas tuvo un escenario, y referentes importantes: uno de ellos es el de los pueblos de la Amazonía, especialmente de Sucumbíos y Orellana, que el año anterior conmocionaron al país por la valentía y profundo contenido de dignidad que demostraron en la paralización que llevaron adelante. Sus planteamientos no eran únicamente la exigencia de obras, sino también oponerse a la firma del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, y la exigencia de que se declare la caducidad del contrato con la compañía Occidental.

Evidentemente, en y desde los medios, la lectura fue: 'el paro está politizando', 'nada tiene que ver el tema de la OXY y el TLC en las reivindicaciones provinciales'. Palabras vacías, porque los pueblos amazónicos y todo el país se iban dando cuenta, poco a poco, que son temas cruciales, que afectan de manera directa a los pueblos.

Ya en este año, a la lucha de estudiantes le siguió, una vez más, la de los pobladores de Sucumbíos, que intentaron llegar a Quito para reclamar por el incumplimiento de los compromisos asumidos por el régimen el año anterior, pero fueron impedidos de pasar en Baeza, lo que provocó la furia de los manifestantes que se tomaron la estación de bombeo de Petroecuador, que queda en esa zona, y confrontaron la represión de la fuerza pública, esta vez con el planteamiento central de que la OXY deje el país, pues argumentaban que eran las presiones de esa transnacional las que hacían que el Gobierno impida a los amazónicos manifestarse de manera democrática, como debe ser.

Este tipo de acciones, así como fue en su momento la de Manabí y Esmeraldas, han hecho comprender a las demás provincias postergadas que solo la lucha frontal y decidida puede lograr resultados frente a un Gobierno que lo único que hace es proteger los intereses de las transnacionales, y de los gobiernos de Estados Unidos y Colombia en su combate a la guerrilla. En la conciencia de la gente se ha formado la certeza de que en el Ecuador sí hay dinero, solo que se lo están llevando las transnacionales y la corrupción. Más aún, que es posible, como lo hicieron Orellana y Sucumbíos, exigir y lograr que las petroleras entreguen, por la fuerza, aunque sea parte de lo que se ha llevado por tantos años en bandeja de plata.

Para los analistas de la oligarquía, esta actitud de las provincias se ha convertido en una moda irresponsable, que no toma en cuenta la disciplina fiscal que cualquier gobierno debe tener. Se ha dicho que son paros políticos, en el sentido de acumular puntos de cara a las elecciones generales de octubre. Incluso se han encargado de adjudicarle estas manifestaciones a un cadáver político: Lucio Gutiérrez, que ni corto ni perezoso aprovechó para recuperar algunos puntos de cara a las próximas elecciones.

Evidentemente, todo lo que pueda decir la oligarquía para explicar la decisión de las provincias de tomar estas medidas de hecho está lejos de la verdad. En lo que sí tienen razón es en que este Gobierno es débil y ha sido incapaz de manejar estos problemas. Alfredo Palacio ha probado de todo para darle volumen a su vacua comprensión de la política, y lo que ha logrado es ubicar a personajes ultrarreaccionarios en el Gobierno, como Oswaldo Jarrín, ministro de Defensa, y los distintos ministros de Gobierno que se han turnado, quienes no han dudado en reprimir de manera brutal a la población.

Jarrín ha convertido a los militares en policía. Solo que con un añadido: con la capacidad, según dice, de actuar de manera progresiva al punto de asesinar a la población ecuatoriana si sigue con las medidas de hecho. En estos pocos meses del Gobierno de Palacio hay cientos de heridos graves.

Pero lo importante es que los pueblos le han perdido el miedo a los uniformes, son capaces de encontrar y atacar posiciones estratégicas que hieren a los grupos de poder, son capaces de no ceden posiciones, así tengan que poner en riesgo su propia vida. Ya son comunes las detenciones a militares por parte de la población, que exige a cambio de su liberación, libertad para los luchadores y líderes sociales apresados arbitrariamente. Esto ha golpeado en el orgullo a Jarrín y los grupos más reaccionarios al interior de las Fuerzas Armadas, tanto que ahora amenazan con matar. Sin embargo, es cierto también que en la institución militar aún existe una importante corriente patriota, que no sigue esas directrices antipopulares, reaccionarias y proimperialistas. Estos sectores, según se conoce, están inconformes con la actitud pasiva, ambigua que el Gobierno y un sector de los mandos han tenido en torno a las violaciones de nuestra soberanía por parte de Fuerzas Armadas combinadas de Colombia y Estados Unidos y, en general, frente a la posición asumida por ellos frente al Plan Colombia.

Si muchos creían que los ecuatorianos acudiríamos resignados a un nuevo proceso electoral, se equivocaron: los pueblos ahora entienden la trascendencia de la lucha política más allá de las elecciones, siendo también, en su momento, las elecciones un escenario de lucha contra el poder de la oligarquía y el imperialismo.

Las movilizaciones últimas, que paralizaron el país, tienen estas raíces, estos escenarios, no son fenómenos aislados como se los reporta e interpreta en los medios de comunicación. Lo que les preocupa es que en perspectiva no solo está la derrota de políticas imperialistas como el TLC y a transnacionales como la OXY, sino que se traza un rumbo de transformaciones profundas del Ecuador
Agitación social afecta planes de la burguesía


¿Cuántos paros provinciales, cuántas jornadas nacionales de lucha de diversos sectores sociales ha tenido que enfrentar el gobierno en estos once meses de gestión? Se ha perdido la cuenta, son numerosos, continuos y caracterizados por su combatividad. No son el resultado -como dicen los voceros gubernamentales- de la proximidad del proceso electoral, sino una respuesta a la desatención y el atraso en que viven prácticamente todas las provincias del país, y son el rechazo a la política antipopular y antinacional aplicada por el gobierno de Alfredo Palacio.

Las condiciones de vida de los trabajadores se han deteriorado ostensible y rápidamente en estos años, afectadas por una inflación que comparativamente con el resto de los países de América es la más alta; sin embargo, para enfrentar esta realidad, el gobierno decretó una elevación salarial, de apenas diez dólares, que no cubre ni siquiera el gasto mensual de movilización en bus de una persona. ¡Cómo no justificar entonces el rechazo popular a esta burla de los empresarios y el gobierno! Más de cuatro mil trabajadores petroleros subcontratados (tercerizados) permanecen entre cuatro y hasta seis meses si recibir sus salarios y negados en sus derechos laborales, razón suficiente para la paralización realizada hace pocos días, de la que por cierto salieron victoriosos, pese a la prepotencia y violenta represión ejercida por el gobierno. Decenas de partidas presupuestarias para atender las necesidades de varias provincias descansan en escritorios y cajones de la burocracia gubernamental, mientras la desesperación atrapa a pobladores de ciudades y campos que conviven en el atraso. Similar suerte han seguido los ofrecimientos del gobierno cuando esas mismas poblaciones se han levantado para hacer escuchar sus planteamientos.

Por eso, que en estos días se produzcan y se anuncien nuevos paros provinciales y acciones generales de lucha, no debe sorprender a nadie; insólito sería que el pueblo se resigne ante tanta injusticia. No solo se justifican la huelgan nacional del pasado 8 de marzo y las distintas acciones de lucha de estos días, sino que nuevas y más altas expresiones de combate popular vendrán.

Pero en este escenario, entre las cosas que más preocupa a la burguesía y a su gobierno, no solo es la continuidad de la lucha popular, sino también el contenido de la misma. Las banderas condenatorias a la firma del TLC y por la caducidad del contrato de la Oxy flamean en todo lado donde la protesta se expresa, lo que devela el desarrollo de la conciencia política de los trabajadores y el pueblo. Es que la burguesía tiene en firme la voluntad de suscribir el TLC de manera inmediata y la agitación social actúa en contra de esta pretensión. Estamos inmersos en medio de una lucha política de la que el pueblo debe salir victorioso.