Por Chester Swann*
Luque, Paraguay, 8 de enero de 2009.
Acusan a las fuerzas militares encabezadas por Estados Unidos de ejecutar a escolares en Afganistán
En Afganistán, cientos de personas salieron a las calles en Kabul y otras localidades para protestar contra el asesinato de civiles por parte de Estados Unidos. El incidente que más indignación ha desatado tuvo lugar en Kunar el 27 de diciembre cuando diez afganos, ocho de ellos escolares, fueron asesinados. Según el periódico londinense The Times, tropas lideradas por Estados Unidos sacaron a niños inocentes de la cama y les dispararon durante una redada nocturna. Investigadores del gobierno afgano afirmaron que los ocho escolares asesinados tenían entre 11 y 17 años de edad, y que siete de ellos pertenecían a la misma familia.
Esta información la he recibido ayer en mi e-mail y me produjo una especie de escalofrío sintético al que este calor de órdago ya me tiene desacostumbrado. Parece que la llamada “guerra al terrorismo” comienza por sembrar el terror, de acuerdo a la doctrina Bush, ahora calcada por Obama para sus nuevas guerras movidas con mando a distancia desde las corporaciones petroleras, los contratistas mercenarios y sus asesinos a sueldo de los contribuyentes estadounidenses. Es decir, del Pentágono.
Las asépticas “razones” para matar indiscriminadamente a civiles, si bien violan todas las reglas de guerra políticamente correctas, pareciera que son brutalmente ignoradas por los valientes generales y los heroicos guerreros del imperio, que tiemblan ante los muhaidines, pero sacan a relucir su crueldad contra mujeres, ancianos y niños que nada saben de las razones de las corporaciones petroleras y bancarias que financian el terror contra un supuesto terrorismo.
Pero, tal he escrito poco antes de fin del año anterior, Afganistán está lejos de rendirse ante los invasores y será un nuevo Vietnam sin salida posible para sus ocupantes ocasionales. Lo ha sido para las aguerridas falanges de Alejandro, quien vio mermar su magnitud nte este pueblo indómito. Lo ha sido para mongoles, turkestanos, rusos, ingleses y hasta hizo pito catalán al imperio persa de los Sasánidas en sus mejores tiempos de esplendor. Ahora ―y así lo deseo vehementemente―, será el cementerio del orgullo anglosajón.
Aprendí, tras vivir en un siglo bárbaro como el XX, a no sorprenderme por nada. Ni creer en las mentiras de los medios de distracción masiva, ni en las Naciones unidas ni en las estrategias de salón contra pueblos indefensos, como Granada, Panamá, Yemen, Chile o quienquiera ose desafiar la voluntad de los que se creen los paladines de la justicia y dueños del planeta.
Exhorto a la ciudadanía a abrir sus ojos y oídos ante la invasión de información basura y el ocultamiento de verdades “calientes” e incómodas por parte de las potencias atlantistas. Mañana podemos ser nosotros sus víctimas… y nuestros niños, si algo o alguien no los detiene en sus locuras megalomaníacas. Y ese alguien, debería ser el propio pueblo estadounidense, que hasta ahora ha tolerado que su gobierno cometa barbaridades innombrables en su nombre.