El decreto aprobado por el parlamento de la Unión Europea el pasado 18 de junio, da una clara medida del carácter imperialista y represivo de esta UE, campeona del neoliberalismo y de las medidas antipopulares.
Ese Decreto por el que se puede encarcelar de 6 a 18 meses a cualquier inmigrante «ilegal» es decir, «sin papeles», va en contra de todos los acuerdos internacionales sobre los derechos humanos, es una medida discriminatoria, racista y xenófoba, contra los pueblos, particularmente de América Latina, África y Asia.
Es lamentable la pérdida de memoria histórica que define a estos gobernantes europeos, tipo Berlusconi, Merkel, Sarkozy, Zapatero, etc., que olvidan que fueron los europeos los que colonizaron bárbaramente el continente americano, la India, gran parte de Asia,y luego a lo largo de los siglos 18, 19 y 20, millones, sí millones, de españoles, italianos, alemanes, ingleses, franceses, suecos, portugueses, en fin de toda Europa, se vieron obligados a emigrar a América en busca de una mejor vida, de un trabajo que se les negaba en su país, en busca de una seguridad que las guerras locales y civiles (véase España 1936-39) les negaba. En todas partes fueron recibidos y aceptados. Su integración en aquellos países, es una realidad total. Europa, ahora niega a los pueblos americanos la posibilidad que éstos dieron generosamente a los emigrantes europeos.
Los pueblos de África han sido saqueados masacrados, sus economías locales destruidas, fueron esclavizados por los capitalistas europeos (Gran Bretaña, Bélgica, Alemania, Francia, Portugal, España), y ahora, después de haberlos hundido en la miseria y la hambruna endémica, se les impide trabajar en Europa; arriesgan sus vidas en frágiles canoas o barcos en ruinas para cruzar el Mediterráneo o el Estrecho de Gibraltar, o el Atlántico.
Aún hoy, el neocolonialismo y la penetración de potencias militares y económicas, continúan el saqueo y el esquilmar al continente africano, mantiene en el Poder a sangrientos reaccionarios, los apoyan contra los pueblos a los que someten, como es el caso de Ben Ali, el autócrata de Túnez, del sátrapa marroquí contra su propio pueblo y el pueblo saharaui…
En 1948, fue firmada la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), en la que se dice (Art. 13): «Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.» Los emigrantes, precisamente por su condición de desamparados, han de tener derecho a que se les aplique ese artículo, ¿o es que la DUDH es sólo para los países ricos, para los colonialistas, para los imperialistas, en fin?
Evo Morales, Presidente de Bolivia, nada más conocer la promulgación del infame decreto de la UE, escribió una valiente y nítida carta, que rápidamente ha sido apoyada por gran número de dignatarios latinoamericanos, como Correa, Chávez y otros. Afirma E. Morales, con harta razón: «los problemas de cohesión social que sufre Europa no son culpa de los emigrantes, sino el resultado del modelo de desarrollo impuesto por el Norte, que destruye el planeta y desmiembra las sociedades de los hombres.»
Dudamos que sean capaces de hacerlo, dados sus intereses capitalistas y de neoliberalismo, mas exigimos a la UE que elabore una política que respete a los emigrantes, que respete sus derechos, que no los estigmatice ni ejerza el segregacionismo contra ellos. Y como dice el Presidente Morales, ya es hora de que los gobiernos europeos reparen « de una vez por todas la tremenda deuda histórica, económica y ecológica que tienen los países de Europa con una gran parte del Tercer Mundo […] No pueden fallar hoy con sus “políticas de integración” como han fracasado con su supuesta “misión civilizadora” del tiempo de las colonias…».
Los trabajadores de Europa y del mundo entero, deben unirse para acabar con esta criminal política discriminatoria de la reaccionaria Unión Europea, fiel reflejo de la que aplica el imperialismo estadounidense y demás imperialismos en todo el mundo. La consigna que estos días gritan en las calles de parís los trabajadores franceses y sus hermanos inmigrantes, debe resonar con fuerza en todos los países que cuentan con trabajadores de otros países y continentes, es una consigna de solidaridad, de fraternidad, de revuelta contra los designios explotadores del capitalismo:
¡TRABAJAN AQUÍ; VIVEN AQUÍ; SE QUEDAN AQUÍ!
Este texto puede ser firmado por todas aquellas organizaciones que compartan los criterios en él expuestos. Enviar adhesiones a: ecuadorlibre.ecuador@gmail.com