Por: Dr. Jaime Idrovo Urigüen
Que magnífica cualidad la del ser humano, aquella de la memoria, mediante la cual podemos registrar a la altura de la corteza cerebral, acontecimientos del pasado lejano y reciente. La llamamos memoria y, deberíamos hacer uso permanente de la misma, no sólo cuando nos es conveniente, sino en todos los instantes del reflexivo mundo social, al cual pertenecemos como individuos.
Pensemos también que la memoria acumulada por un colectivo humano se llama identidad y, que a partir de ella nos definimos como sujetos con historia y futuro.
Articulemos igualmente el concepto de educación, en todo su vasto universo de expresiones, sin olvidar que muchos lo hacen por voluntad consciente y con propósito, descargando su posición de clase sobre los hombros de aquellos que desde hace tres décadas, vienen luchando y batallando por un mundo de equidades y soberanía en el campo de la enseñanza.
No olvidemos en este punto, que sí existe en el País y a nivel Latinoamericano, un organismo gremial de solvencia, que ha apuntalado su derrotero, incluso a costa de muertos, encarcelados y proscritos, es precisamente la Unión de Educadores del Ecuador, UNE. Esta, nunca dejó de enfrentar las más nefastas intensiones de quienes a partir del Ministerio de Educación, han propuesto una educación amordazada y obediente, o simplemente destinada a separar aún más las fronteras entre los más amplios sectores sociales sumidos en la ignorancia y unos pocos privilegiados con el conocimiento y la información, que permiten dominar y explotar a los demás.
En este sentido recordemos igualmente algunos hechos:
Las políticas educativas vienen desde el Ministerio de Educación, quién además, controla el presupuesto y los mecanismos de represión contra aquellos que se oponen a su mandato.
Desde hace algún tiempo se ha pretendido implantar en el país una educación elitista y segregacionista, que permita la alta preparación de un sector de la población, en escuelas, colegios y universidades privadas, pero apoyadas económicamente por el Estado; todo ello en desmedro de los planteles públicos, abandonados a su suerte, en donde la educación debe alcanzar niveles de rendimiento medio, dedicados a la mayoría de la población.
Es claro que, la enseñanza en el Ecuador se ha privatizado en buena medida, dejando pingües ganancias a las empresas educativas, las mismas que aparecen como serias, pacíficas y no deliberantes. En este engaño y a costa de la economía familiar, miles de padres de familia optan por estos establecimientos, en donde ¡sí se estudia!
La política oficial de todos los gobiernos de turno ha sido aquella de desprestigiar a la UNE, como politizada y causante de todos los males de la educación en el País.
En este intento se ha difamado a los maestros y a su dirigencia, llamándoles: corruptos, mafiosos, mediocres, etc.
Sin embargo, queda claro, al menos para quienes aún hacemos uso del recurso de la memoria y la reflexión, que las cosas son de otra dimensión, tamaño, color y sabor, porque:
1a. Sin una ley a favor de la educación, acorde con los intereses de los sectores populares; sin recursos económicos suficientes y siempre dependientes del cuenta gotas con que vienen los mismos desde el Ministerio; con la represión como respuesta a cualquier reclamo, ¿cómo puede controlar la UNE la educación a nivel nacional? ¿Será quizá por arte de magia? o ¿por algún extraño subterfugio? No olvidemos además que se trata de un organismo gremial compuesto por diversas tendencias políticas, pero en general, con una clara orientación democrática y de servicio público.
2a. La gran mayoría de paros promovidos por la UNE se han dado por la exigencia del pago de salarios atrasados, mejoras salariales y en contra de la privatización de la enseñanza. Recordemos que de no haber mediado estas acciones, quizá en este momento, muchos más de los niños y jóvenes que hoy acuden a los centros de educación, no podrían hacerlo, a no ser que cuenten con los recursos para pagar, ésta, que no es una dádiva, sino una obligación del Estado frente a todos los ecuatorianos.
3a. En comparación con la enseñanza privada, en la cual los gobiernos de turno invierten para los bolsillos de los empresarios, una gran cantidad de maestros, especialmente rurales y del régimen bilingüe, perciben salarios de hambre, ha tiempo que viven en las condiciones más denigrantes. Otra de las inequidades que no busca solucionar el actual Gobierno, puesto que al contrario, con la Ley de Servicio Público, se atenta contra la escuálida economía de los maestros, golpeada por todos los régimen neoliberales, incluyendo el presente. Señalemos además, que pese a todo, la enseñanza privada casi nunca ha sido de mejor calidad que la estatal.
4a. Se acusa a la UNE de politizada, pero debemos preguntarnos ¿qué acción en el ser humano no es política? Y si ¿acaso este gobierno no es el producto de una acción eminentemente política? Es decir, lo que es malo en un caso, es bueno en el otro y nuestro Presidente “que tiene el don de nunca equivocarse”, ya toca las puertas de la santidad.
5a. La denigración, el insulto y la calumnia se han convertido en armas de combate de este gobierno de sabios y doctores; se dice de los maestros que son corruptos, mafiosos, mediocres, etc. Sin embargo todos, y el mismo Presidente reconoce, por citar un solo ejemplo, que el mejor plan de vivienda emprendido en el Ecuador, es aquel que ha desarrollado la UNE para sus agremiados. ¿Caben en estos epítetos quienes así actúan?
Por todo ello es importante señalar, que sin la correcta capacitación de los maestros y, sin los recursos para que mejore la infraestructura educativa y las condiciones de vida de los docentes, sumado a la inexistencia de una enseñanza que promueva los valores de eficacia, pero también de solidaridad, democracia y el apego a los valores culturales e históricos del país, ninguna prueba de evaluación funcionará o será el principio del cambio.
Además, si esto fuera cierto, ¿porqué el Ministro Vallejo no se somete públicamente a la misma prueba que quiere obligar a los maestros, dando el ejemplo y yéndose a su casa si no alcanza los niveles deseados?.
Entre tanto, el gobierno de Correa hace gala de sadismo, cuando plantea la separación de los maestros que no le obedezcan, olvidando que detrás de los miles de profesores que busca sancionar, existen miles más de hijos y familiares que se verán pronto sin los recursos mínimos para poder sobrevivir, convertidos entonces en francos y virulentos opositores de su política anti popular ¿Vendrá entonces la represión indiscriminada y con ella, los métodos más corrientes usados por las dictaduras del pasado?¿Morirá más gente?
Porque al ritmo que vamos, todo apunta a este hecho; es decir: se ha implementado la política del miedo a las destituciones y a la persecución, como primer paso, pues, se está con Correa o se es su enemigo ¡no existe término medio! Para ello se viola con el descaro más grande la Constitución, sobre la cual, Alianza País y su jefatura política, tanto juró fidelidad.
Las leyes que se vienen progresivamente, a más de la de Educación, no son el producto del debate y peor de la movilización de los sectores populares. ¡Claro! ello no puede darse si atentan contra los intereses de las grandes mayorías, a quienes dice el Gobierno servir con “manos limpias y corazones ardientes”, mientras que los empresas multinacionales ya afilan sus garras hacia la minería y otros recursos naturales.
El camino está abierto, no para la construcción del socialismo, sino todo lo contrario, para la implantación de un estado fascista bajo la dirección omnipresente y omnisciente de nuestro infalible Presidente de la República.