sábado, octubre 17, 2009

Puerto Rico: Grito y rebeldía

Tomado de Argenpress

Varios estudiantes lesionados por choques con las fuerzas antidisturbios, así como la parálisis del Estado y de puntos estratégicos de la actividad económica fueron el saldo inmediato del paro nacional que se cumplió en protesta contra los despidos masivos y la privatización de servicios públicos.

El paro tuvo además el efecto de dejar prácticamente limpias de tránsito durante muchas horas las calles y avenidas principales de San Juan, por lo que virtualmente se detuvo la actividad de trabajo y comercio.

En el incidente más grave, los estudiantes universitarios le arrebataron a la Policía nacional el control de la Autopista Las Américas a su paso sobre la céntrica avenida Roosevelt luego de resistir un par de tandas de palos. Apoyados por sindicatos, los estudiantes se mantuvieron cortando el flujo de vehículos hasta entrada la tarde mientras la Fuerza de Choque fue reforzada con los policías a caballo de la Unidad Montada, detalles que eran difundidos por la estación radial Red 96.

Entretanto, el Gobernador Luis Fortuño continuó sus acercamientos con las centrales sindicales de Estados Unidos, cuyas jefaturas pautaron las reuniones sin que tuviesen conocimiento las uniones que tienen afiliadas en Puerto Rico. La reunión estaba pautada originalmente para el miércoles –víspera del paro nacional- pero fue pospuesta para el viernes debido a que no llegaron a tiempo al país Robert Madore y Gerald McEntee, ambos de la AFL-CIO.

En la reunión también participará Eliseo Medina, de la central Change to Win.

La reunión es para que las centrales de EEUU AFL-CIO y Change to Win propongan alternativas para ahorros de fondos públicos, pero no está claro si podrían conducir a un acuerdo que salve el diferendo sobre los despidos de empleados del Estado.

El secretario de la Gobernación, Marcos Rodríguez Ema, dijo que se ha tratado de “una reunión solicitada” por la jefatura de las centrales estadounidenses y que se reunirán con el Gobernador Fortuño. Pero, advirtió a preguntas de la prensa que “espacio para dialogar siempre lo va a haber, espacio para retractarse… es muy difícil”.

Por su parte, el Gobernador Fortuño explicó que “todavía nos quedan ahorros adicionales de $800 millones” que hay que hacer y no quiere decretar más despidos, por lo que en ese marco lo que tengan que proponer los jefes sindicales estadounidenses “todas las ideas serán consideradas”.

Sin embargo, en cuanto al anuncio sobre la presencia en Puerto Rico de un delegado observador del Presidente Barack Obama, el Secretario Rodríguez Ema dijo que recibió garantías de la encargada de temas de Puerto Rico en la Casa Blanca, Cecilia Muñoz, y el portavoz presidencial para asuntos hispanos Luis Miranda de que el mandatario estadounidense no había enviado delegado alguno.

Las posibilidades de una salida negociada a la crisis no eran claras en un ambiente en el que el Gobierno y el oficialista Partido Nuevo Progresista insisten en su agenda de despido de sobre 20,000 trabajadores del Estado, la reorganización del Ejecutivo que implica la eliminación de 40 agencias y el uso de miles de millones de dólares del Tesoro para invertir en negocios de privatización de proyectos y servicios públicos. De igual forma, las perspectivas se complican porque el movimiento de protesta está dividido entre las uniones vinculadas a centrales de EEUU y los sindicatos puertorriqueños agrupados en el Frente Amplio de Solidaridad y Lucha (FASIL).

De hecho, fue el sector del FASIL el que logró que cerrara el distrito bancario conocido como “la milla de oro” y el centro comercial “Plaza las Américas”, con las consecuentes pérdidas millonarias para los sectores empresariales. También los estudiantes, que actúan en alianza con el FASIL, provocaron el cierre de todo el sistema universitario público nacional con una cadena de paros en todos los recintos de la Universidad de Puerto Rico.

En la marcha del FASIL, bajo el liderato indiscutible de la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego, participaron grupos como el Movimiento al Socialismo, el Frente Socialista y figuras como el ex preso nacionalista Rafael Cancel Miranda y Doña Elma Beatriz Rosado Barbosa, viuda del comandante del Ejército Popular Boricua-Macheteros Filiberto Ojeda.

En la otra cara, el sector de las centrales estadounidenses ha cultivado el apoyo del autonomista Partido Popular Democrático, principal de oposición, además de que gozan del prestigio que da el reconocimiento informal de los grandes medios de comunicación y las llamadas instituciones de la “sociedad civil”.

Por ejemplo, las diócesis católicas de San Juan, Caguas y Fajardo se unieron al paro y enviaron clérigos a la concentración impulsada por los sindicatos estadounidenses a través de la Coalición Todo Puerto Rico con Puerto Rico, liderada por el obispo metodista Juan Vera. De igual forma, los colegios católicos de San Juan y Caguas, así como la Universidad del Sagrado Corazón, se unieron al paro, que también provocó el cierre del sistema escolar público.

La Hermandad de Tronquistas, también afiliada de una central estadounidense, logró junto a otros sindicatos una baja tal en la actividad portuaria que en horas de la tarde no se movían las grúas ni se notaba salida de camiones.

El pequeño aunque influyente Partido Independentista Puertorriqueño participó en la concentración de la Coalición Todo Puerto Rico con Puerto Rico frente al estadio Hiram Bithorn, aunque hizo buena parte de la ruta con la marcha de los universitarios, que se dirigían a la actividad del FASIL al otro lado de Plaza las Américas.

La jornada también incluyó el trabajo de la policía de fotografiar a participantes en las manifestaciones y el jefe de la Policía nacional, José Figueroa Sancha, explicó que se trataba de un trabajo de “inteligencia criminal”. Esta ha sido la primera manifestación ostensible del anuncio hecho por Figueroa Sancha a principios de año de que la Policía nacional tenía planes de establecer unidades de inteligencia con más de 700 agentes para cubrir todo el país.

No se ha informado el uso que se dará a las fotografías.