miércoles, diciembre 09, 2009

Otra vez el dogal de la deuda externa


Editorial del Semanario En Marcha

Edición 1467


A lo largo de las tres décadas precedentes el endeudamiento externo constituyó uno de los mecanismos utilizados por la burguesía criolla para dotar de recursos al gobierno central y a los de carácter seccional. La excusa utilizada siempre fue la misma: “el país no tiene capacidad económica y el endeudamiento externo es la única vía para asegurar su desarrollo”. Los resultados de esa política están a la vista, el país no logró el desarrollo esperado; el Ecuador se vio forzado a destinar enormes recursos económicos para pagar sus “obligaciones internacionales”, a costa de disminuir el presupuesto de educación, salud, vivienda y otros del sector social; y, nuevos ricos surgieron en el país, justamente de entre quienes ejercieron altas funciones en los gobiernos de turno.


El endeudamiento externo fue un mecanismo promovido por la banca internacional como fórmula para poner en circulación capitales que no encontraban salida en el ámbito de las inversiones productivas y, en vez de mantenerlos en las bóvedas de los bancos, se los ofertó a bajo interés hasta que bruscamente éstos fueron elevados provocando enormes dificultades a los países endeudados. Demás está recordar que de eso los trabajadores y los pueblos fueron afectados.


De un supuesto instrumento de desarrollo, el endeudamiento externo se visualizó como lo que siempre fue: un mecanismo de dominación y control económico y político del capital financiero y los países imperialistas y causa para el mayor atraso y pobreza de los pueblos.


Por ello la lucha en contra del endeudamiento externo y por el no pago de una deuda denunciada como ilegal e ilegitima tomó cuerpo y fuerza. En el ámbito de las fuerzas políticas este aspecto marcó diferencia entre los sectores de izquierda y derecha; los primeros que levantamos una propuesta soberana y digna, y los segundos que siempre se pusieron del lado de los intereses del capital internacional.


Rafael Correa supo en este aspecto sintonizarse con el sentimiento popular y declaró que tras un estudio serio que demuestre la ilegitimidad de la deuda ésta no se pagaría. Y efectivamente el estudio se hizo y se demostró que había varios tramos de deuda que incurrían en ese estado.


¿Qué ocurre en la actualidad? Revisada la proforma presupuestaria se establece que el gobierno espera contratar nueva deuda externa para cumplir con “obras que aseguren el desarrollo del país”. De una deuda externa de siete mil millones de dólares que aún ahoga al Ecuador, se prevé llegar a quince mil millones de dólares, es decir un crecimiento del cien por ciento, con tasas de interés del siete por ciento.


Saltan varias inquietudes: ¿Qué pasó con el desarrollo autónomo del Ecuador? ¿Nuevamente el país caerá en las cadenas del endeudamiento externo, simplemente cambiando de sede de los bancos acreedores? ¿A costa de qué tendrá que pagar ese endeudamiento externo?


Rafael Correa no ha encontrado un mecanismo distinto al utilizado por los precedentes gobiernos neoliberales para cubrir déficits presupuestarios y para, supuestamente, garantizar el cumplimiento de la obra pública.