domingo, enero 23, 2011

Ataque a la educación pública en Chile

Por: Teresa Bolaños Naranjo

Una vez más, el ataque a la educación pública se hace evidente en Chile, que, a lo largo de la historia de las reformas neoliberales, se ha convertido en pionera de la involución de los derechos de los estudiantes, padres de familia y maestros


Hace pocos días se aprobó la 'Ley para la Calidad y la Equidad de la Educación' con el apoyo de los parlamentarios de las dos coaliciones políticas que se turnan el poder del gobierno de Chile hace ya 20 años: la Alianza y la Concertación. Esta Ley consagra y radicaliza el modelo neoliberal en el campo de la educación en ese país.

Ampara que los establecimientos públicos municipales se conviertan en minifundios administrados con lógica gerencial y afecta directamente las condiciones de trabajo de los docentes.

¿Cuáles son algunas de las medidas más graves?

1.- La flexibilización laboral radical de la fuerza de trabajo en el campo educativo, perdiendo estabilidad laboral, promoviéndose una serie de formas de vínculo laboral precario, y quedando su salario supeditado a rendimiento en evaluaciones de desempeño y resultados de aprendizaje de sus estudiantes medidos por pruebas estandarizadas.

2.- La instalación del mérito individual como condición de selección y de desarrollo de carrera. Con ello la carrera docente queda transformada en una de portafolio, en la cual el desarrollo profesional se realiza a través de distintas escuelas en un contexto de un mercado laboral flexible, en donde el profesor, a partir de sus “méritos” podrá encontrar mejores salarios y mejores condiciones.

3.- El aumento del poder del director de escuela, en cuyo cargo quedan concentrados los procesos de tomas de decisión más relevantes, desapareciendo el consejo de profesores, el consejo escolar u otros organismos de mayor participación. Los directores no son necesariamente docentes, sino cualquier profesional que demuestre experiencia en gestión, y son contratados por plazos fijos en función de objetivos ligados a las mejoras de resultados en pruebas estandarizadas.

4.- La carrera profesional de las/os directores es pensada también a través de su paso por distintas escuelas, siempre con contratos a plazo fijo y en función de objetivos, moviéndose en el mercado laboral de directores, flexible y de carácter competitivo.



5.- Todas estas reformas radicalizan el modelo gerencial que busca
imponerse en el campo de la educación, desapareciendo de todo lugar la palabra comunidad. Esto es lo más grave. Con esta Ley y otras en curso (que también extreman la competencia y el ejercicio individual de la profesión en función de resultados), se echa por tierra más de un siglo de historia de procesos sociales, democratizadores, emergentes, donde se fueron construyendo propuestas alternativas, y una escuela pública con financiamiento estatal que fue pensada, decidida, gestionada y gobernada por comunidades del pueblo chileno.

Esta es una llamada de alerta al magisterio, pero sobre todo a la comunidad educativa. Nuestro país, Ecuador, muy afecto de copiar los modelos más descabellados y aplicarlos sin razonamiento lógico, y ante la presencia de un gobierno que aplica el neoliberalismo, está ante la posibilidad de que sus iluminados consultores también planteen reformas de este tipo, o las incluyan en el reglamento de la nueva Ley de Educación.

Medidas como esas, no tienden a mejorar la educación, sino a deshumanizarla, a crear en la mente el concepto de que solo los más competitivos, los ganadores merecen vivir como seres humanos. Los perdedores son un rechazo despreciable. Basta mirar lo que sucede con la reglamentación para el ingreso al octavo de básica en los colegios más representativos, para darnos cuenta que estamos en este camino.