Tras 224 días sin Ejecutivo, un grupo de estudiantes convocó la movilización en la red. Manifestantes belgas despliegan una pancarta con el lema «Vergüenza»
Más de treinta mil ciudadanos salieron ayer a la calle en Bruselas en protesta por la incapacidad de los dirigentes políticos belgas para poner en marcha un Gobierno. Bajo el lema de «vergüenza» (en inglés —«shame»— para no aludir a ninguna de las lenguas del país) un grupo de estudiantes ha logrado movilizar —fundamentalmente a partir de internet— una manifestación ciudadana en la que, por no identificarse con ningún partido político ni ninguna sensibilidad local, los organizadores habían pedido que la gente asistiera con banderas blancas.
A pesar de esas recomendaciones, se exhibieron varias enseñas tricolores —rojo-amarillo y negro— en el pacífico desfile de ciudadanos que han centrado su protesta más en la crítica a los políticos que en la defensa de la unidad de Bélgica, como fue el caso de otras manifestaciones. El país lleva 224 días sin gobierno, después de las elecciones de junio pasado, un record en Europa. Y los belgas empiezan a temer que se conviertan en el próximo objetivo de los movimientos especulativos en la zona euro. Algunos, como el actor Benoit Poelvoorde, han lanzado la idea de no afeitarse hasta que se ponga fin a la crisis.
El principal escollo para la formación del Ejecutivo es el nacionalista flamenco Bart de Wever, claro vencedor en las elecciones en la región de Flandes con un programa electoral que incluye reducir las competencias del Gobierno federal a un papel menos que simbólico. La manifestación tenía un cierto tono de rechazo al partido de De Wever, la Nueva Alianza Flamenca (NVA), y de hecho este había desafiado la víspera a los demás partidos a que «dieran la cara» si quieren formar un Gobierno sin contar con su formación, «manteniendo la situación actual, sin hacer la reforma del Estado».
Algunos manifestantes abuchearon a su paso la sede de los democristianos flamencos del actual primer ministro en funciones, Yves Leterme, porque en los momentos cruciales han dado oxígeno a la NVA. Tal fue el caso de cuando quedó aislada frente a todos los demás partidos que negocian la formación del Gobierno (siete entre verdes, socialistas y democristianos de las dos comunidades más la NVA). La dirigente de los democristianos valones, Joelle Milquet, respondió a De Weber ayer en una entrevista conminándole a volver a las negociaciones «si realmente quieres salir de esta situación».
Más de treinta mil ciudadanos salieron ayer a la calle en Bruselas en protesta por la incapacidad de los dirigentes políticos belgas para poner en marcha un Gobierno. Bajo el lema de «vergüenza» (en inglés —«shame»— para no aludir a ninguna de las lenguas del país) un grupo de estudiantes ha logrado movilizar —fundamentalmente a partir de internet— una manifestación ciudadana en la que, por no identificarse con ningún partido político ni ninguna sensibilidad local, los organizadores habían pedido que la gente asistiera con banderas blancas.
A pesar de esas recomendaciones, se exhibieron varias enseñas tricolores —rojo-amarillo y negro— en el pacífico desfile de ciudadanos que han centrado su protesta más en la crítica a los políticos que en la defensa de la unidad de Bélgica, como fue el caso de otras manifestaciones. El país lleva 224 días sin gobierno, después de las elecciones de junio pasado, un record en Europa. Y los belgas empiezan a temer que se conviertan en el próximo objetivo de los movimientos especulativos en la zona euro. Algunos, como el actor Benoit Poelvoorde, han lanzado la idea de no afeitarse hasta que se ponga fin a la crisis.
El principal escollo para la formación del Ejecutivo es el nacionalista flamenco Bart de Wever, claro vencedor en las elecciones en la región de Flandes con un programa electoral que incluye reducir las competencias del Gobierno federal a un papel menos que simbólico. La manifestación tenía un cierto tono de rechazo al partido de De Wever, la Nueva Alianza Flamenca (NVA), y de hecho este había desafiado la víspera a los demás partidos a que «dieran la cara» si quieren formar un Gobierno sin contar con su formación, «manteniendo la situación actual, sin hacer la reforma del Estado».
Algunos manifestantes abuchearon a su paso la sede de los democristianos flamencos del actual primer ministro en funciones, Yves Leterme, porque en los momentos cruciales han dado oxígeno a la NVA. Tal fue el caso de cuando quedó aislada frente a todos los demás partidos que negocian la formación del Gobierno (siete entre verdes, socialistas y democristianos de las dos comunidades más la NVA). La dirigente de los democristianos valones, Joelle Milquet, respondió a De Weber ayer en una entrevista conminándole a volver a las negociaciones «si realmente quieres salir de esta situación».