Quito, 30 de septiembre 2010
El Ecuador de las últimas semanas se viene desarrollando una intensa lucha de los sectores populares, principalmente del movimiento sindical, de los pueblos y nacionalidades indígenas, de los campesinos, de las comunidades que se oponen a la minería a gran escala y a las multinacionales, de los maestros, de los estudiantes secundarios y universitarios; de las organizaciones y partidos políticos de izquierda: las movilizaciones han tenido como propósito defender los derechos sindicales y laborales, la estabilidad, la autonomía universitaria violentados sucesivamente por parte del gobierno de Rafael Correa, de la Asamblea Nacional Legislativa que de manera sucesiva, comprando asambleístas y conciencias han aprobado leyes de corte neoliberal, antidemocráticas y anti populares, han desarrollado políticas autoritarias y represivas que conculcan derechos y conquistas de los trabajadores y los pueblos.
El día de ayer, se colmó el vaso, la Asamblea aprobó los vetos presidenciales que castigan a los trabajadores, conculcan derechos, incluyendo a la tropa de la policía y de las fuerzas armadas.
Frente a esa situación buena parte de las tropas de la policía reclamaron sus derechos tomando sus propios cuarteles.
El movimiento de los trabajadores y los pueblos respaldo a los policías y demandó que la Asamblea Nacional rectifique negando los vetos presidenciales.
El gobierno y sus aliados están calificando este movimiento de la tropa como un intento de un golpe de estado de corte derechista, inclusive fascista. Nada más lejos de la verdad. El gobierno de Correa que está sirviendo a los empresarios y al imperialismo, que está dando la espalda a sus propios planteamientos de campaña, trata de ocultar estos hechos y se inventa la teoría de la conspiración, del golpe de Estado.
Este discurso puede confundir en el exterior, pero no en el país. Las masas populares exigen rectificaciones al gobierno y a la Asamblea. El gobierno y Alianza País están empeñados en que el pueblo salga a defender al gobierno y no han podido concentrar sino a unos cuantos miles de personas. Llaman a defender la democracia y su gobierno.
La democracia en el Ecuador, efectivamente está en peligro. El principal conspirador contra la democracia y particularmente contra el cambio es el gobierno y propio Presidente Correa.
La solución a la conflictividad actual está en manos de la Asamblea y del gobierno, ellos tienen la palabra.