martes, mayo 17, 2011

El populismo cosecha réditos políticos

Correa tiene mejores réditos electorales en las provincias en las que han sido el sustento político del socialcristianismo, el roldosismo y el PRIAN.

Aún pendientes los resultados definitivos de las provincias de Pichincha y Guayas, en las que en el proceso de reconteo de votos de juntas con inconsistencia numérica se ha podido comprobar la existencia de fraude, se puede afirmar que la tesis del gobierno se impuso con una estrecha ventaja, en nada comparable con el inicial anuncio gubernamental de que por cada diez ecuatorianos siete sufragarían por el Sí y solo uno por el NO. Ahora, para crear la idea de que las diferencias son grandes, Correa ya no habla de porcentajes o puntos sino de número de votos a su favor.

En otros artículos de ésta y la anterior ediciones analizamos varios de los factores que actuaron a favor del gobierno para que los resultados se presenten de esta forma, y que desmienten la idea promovida por Correa de que en campaña actuó en condiciones desventajosas. Claro que hubo marcadas desigualdades entre los contrincantes en la consulta, pero éstas actuaron a favor del gobierno, sin duda alguna.

El derroche de recursos económicos y de ofrecimientos materiales, de parte del gobierno, fue enorme. Hay necesidad de hacer cálculos para saber a ciencia cierta cuántos millones de dólares realmente invirtió el gobierno para lograr un 46 o 47% de respaldo. Los barrios populares y los sectores rurales se inundaron de ofrecimientos y en no pocos sitios de cheques para obras, pero lo cierto es que la inversión no dio resultados. Con socarrona risa, en innumerables ocasiones el presidente ha dicho que la gente debe coger nomás el “sanduchito” que le ofrecen los políticos pero no dejarse comprar la conciencia, y eso justamente ocurrió en esta consulta: importantes sectores de nuestro pueblo no se dejaron comprar con ofrecimientos de obras y proyectos, con elevaciones de sueldos de última hora, con inauguraciones apuradas de hospitales o dispensarios, en fin con cuanta cosa pudimos ver. La gente resistió la ofensiva y votó NO.

Por supuesto que en algunos sitios tuvo éxito, el agradecimiento y la esperanza de que en el futuro vendrán cosas buenas se unió a quienes todavía piensan que en el Ecuador hay un proceso de cambio. Si revisamos cómo queda el mapa electoral después del 7 de mayo, vemos que en donde mayor efecto surtió esa práctica populista fue en las provincias de la costa, justamente en donde tradicionalmente el populismo ha tenido réditos electorales. Esto descubre, por un lado, los límites en la conciencia política de las masas, pero también cómo actuaron las fuerzas que en esas zonas han reivindicado para sí influencia política.

Estamos hablando del roldosismo, del socialcristianismo, de Madera de Guerrero y el PRIAN. El PRE “dejó en libertad” a sus afiliados para que voten como lo deseen, sus principales dirigentes mantuvieron la boca cerrada durante la campaña, en una actitud de complicidad evidente con la propuesta gubernamental. Nada extraño en el roldosismo, caracterizado por su capacidad para tarifar el respaldo al gobierno en condiciones en que éste lo necesita. Jaime Nebot salió a la palestra cuando constató el crecimiento del NO, y lo hizo con el propósito de apropiarse de sus resultados; Madera de Guerrero no se inscribió en el CNE como sujeto político con lo que no tuvo derecho a participar de las franjas electorales, y lo más evidente fue que durante toda campaña el discurso de Cintya Viteri –al igual que de otros políticos derechistas, periodistas y presentadores de televisión- insistía en que “cuando gane el sí….”, con lo que alimentaba la idea de que no era posible derrotar al gobierno. La comparecencia pública de Álvaro Noboa en los últimos días a favor del No, antes que un beneficio resultaba contra propaganda para el NO, por el rechazo que aquel provoca.

En síntesis podemos afirmar que, ahora, Correa tiene como principal base política de apoyo el electorado que hasta hace poco acompañaba a socialcristianos, roldosistas y al PRIAN. En todo caso allí el populismo todavía cosecha réditos políticos.