Los últimos acontecimientos que han tenido lugar en nuestro país, en particular el 16 de abril en la ciudad de Santa Cruz, hay que analizarlos en su desarrollo histórico y una concepción dialéctica. En la reciente historia de nuestro país, la instauración de la Dictadura de Banzer el 71, empezó con la sublevación de las guarniciones militares en el Oriente, a pesar de haber sido aprehendido el golpista, lo dejaron escapar, craso error porque cuando volvió fue para asestar el golpe final al Gobierno Populista de Torrez, decenas de mercenarios brasileños, coadyuvaron al golpe fascista. Poco después el Dictador pagó los servicios al extranjero con la enajenación de las nacientes del Río Verde. Y se instauró la más despiadada persecución y represión contra las fuerzas populares y progresistas, mientras en el oriente los Novios de la Muerte, con el contubernio de Klaus Altmann y el fascista italiano Della Pliage y otros, fundaban la Internacional Negra y se hacía la repartija de tierras a los banzeristas. Las dictaduras latinoamericanas pusieron en práctica el Plan Cóndor. Consecuente con esta predilección por los sicarios extranjeros, en el “Periodo Democrático” de Banzer, otra vez un fascista italiano, fue su hombre de confianza. Los incidentes que tuvieron lugar el pasado año, con la toma de instituciones del Estado, la quema de otras, las golpizas propinadas a los collas y a cuanta persona progresista hubiera, hasta culminar con la masacre del Porvenir, no han sucedido una manera espontánea, se han ido desarrollando conforme a un plan, para alcanzar un objetivo e intentarán una y otra vez hasta lograrlo, porque los cambios cuantitativos dan lugar a los cambios cualitativos.
A través de publicaciones del exterior, se ha denunciado que existe toda una conspiración internacional en marcha contra Bolivia y su proceso de Cambio, paradójicamente a pesar de los gobiernos progresistas que nos rodean, las fuerzas contrarrevolucionarias de esos mismos países están actuando de manera concertada, los carapintadas argentinos, los mercenarios de la Guerra de los Balcanes, los paramilitares colombianos se unen con la contrarrevolución interna. Las riquezas de nuestro país, siempre han despertado la codicia de nuestros vecinos y de los imperialistas, así los ingleses apoyaron a los chilenos para que nos despojaran del Litoral, el salitre y el cobre; en 1900 durante el auge de la goma, los mercenarios dirigidos por el aventurero español Placido Castro, nos arrebataron el Territorio del Acre. La Standard Oil y la Royal Dutch, nos llevaron al la Guerra del Chaco. Ahora el gas, el hierro, la tierra, pueden ocasionarnos la pérdida de más del 50% de los que nos queda de nuestra patria. También en todas las épocas hubo traidores que pactaron con el enemigo, como la vergonzosa retirada del Ejército del Sur, cuando no claudicaron en la mesa de negociaciones. Hoy llama la atención la virulencia de los ataques de los medios de comunicación privados y la oposición contra el Gobierno, dejan a un lado la defensa de los intereses de la patria para defender a los intrusos extranjeros, provenientes de antiguos países del Campo Socialista, ahora convertidos en aliados incondicionales de las potencias imperialistas, hacen el trabajo sucio para ellos. Ahora, nuestro deber es estar al lado de Bolivia, al lado de nuestro pueblo, La lucha por el cambio, aun sea democrática y cultural, se desarrolla en medio de una la lucha de clases y aunque seamos de la cultura del dialogo, tarde o temprano hay que definirla con la victoria popular y hay que luchar en todos los frentes, en el ideológico, mediante la organización y formación de cuadros, en lo económico, nacionalizando los medios de producción de los traidores, con la unidad de todas las fuerzas progresistas y la solidaridad internacional.