miércoles, junio 24, 2009

Libertad de expresión

A propósito del comunicado del Comité Empresarial Ecuatoriano

Por: Guillermo Navarro Jiménez

En la edición del diario Hoy del 22 de junio del 2009, en la página 9, se publica un remitido pagado por un denominado Comité Empresarial Ecuatoriano, uno de los cuantos que se crean para ocultar a quienes se escudan tras de estos pronunciamientos para evitar asumir frontalmente la responsabilidad de lo que expresan en esos remitidos. A pesar de ello, dada la tergiversación de conceptos que contiene el texto en mención vale la pena analizarlo.

  1. En el segundo párrafo se afirma: “Sin libertad de expresión desaparece el derecho universal a opinar o ser informados libremente sin temer la persecución o la censura”. Aseveración que reduce la libertad de expresión a dos de los tres elementos que le son propios. Efectivamente, elimina el derecho a expresar nuestras opiniones hacia el conglomerado social. Esto es a ejercer el derecho a la libertad de expresión en su dimensión social. Mutilación que tiene por objetivo ocultar que los grandes medios de información son los culpables directos de la limitación de la libertad de expresión de los ciudadanos comunes. En el Ecuador, en último estudio preparado respecto a la “esfera pública”, demuestra que sólo 1.000 ecuatorianos tienen acceso a trasmitir sus opiniones a través de los medios. En otros términos son los 1.000 de siempre, afines a los medios los que tiene derecho a expresar sus opiniones, en tanto que los restantes 13 millones estamos desprovistos de ese derecho. Por decisión y acción de los grandes medios de información.
  2. En el tercer párrafo se afirma: “Sin libertad de expresión no hay participación ciudadana, porque no existe pluralidad de información que permita a las personas tener la opción de discernir y forjar sus propios criterios y opiniones”. Párrafo que pone en evidencia que para los empresarios la libertad de expresión de los ciudadanos es la posibilidad de recibir información plural para “forjar sus propios criterios y opiniones”. Esta afirmación de los empresarios exige dos acotaciones. La primera relacionado con lo expresado en el numeral 1. La libertad de expresión no se limita a pensar libremente (dimensión individual de la libertad de expresión) y a recibir información, esto es ser receptores de la información. La base es la posibilidad de ejercer el derecho a expresar sus opiniones ante el conglomerado social, a ejercer el derecho a la libertad de expresión en su dimensión social. Derecho que según lo conciben y afirman los empresarios se restringe a los medios que informan. La segunda dice a que la información plural no se deriva de los medios como lo demuestran múltiples estudios, sino de la cantidad de voces que logran el derecho a la libertad de expresión en su dimensión social. En otros términos, sólo cuando la mayor parte de ciudadanos y organizaciones sociales de todo tipo tengan la posibilidad de expresar sus ideas a través de los medios, podremos afirmar que existe una amplia libertad de expresión.
  3. En el segundo párrafo sostienen: “Sin libertad de expresión de los medios de comunicación no pueden cumplir con el deber de informar con responsabilidad, profesionalismo, ética y honestidad; y los ciudadanos perdemos la posibilidad de expresar nuestras opiniones libremente”. La manipulación, en este caso, se deriva de pretender que la libertad de expresión de los ciudadanos se deriva de la libertad de expresión de los medios; y, de la pretensión implícita de que si se restringe la libertad de expresión también se restringe la responsabilidad de los medios. El primer elemento de la manipulación es claro a la luz de lo expresado en los numerales 1 y 2 inmediatos anteriores, por lo que el análisis se centra en el segundo presupuesto. Debemos iniciar afirmando que la responsabilidad es el límite de la libertad de expresión. Lo que advierte que sea cual sea el grado de libertad de expresión, la responsabilidad de los medios debe ser una constante. Lo contrario sería consagrar, bajo el argumento de que se ha reducido la libertad de expresión, la irresponsabilidad de los medios sobre los contenidos de sus expresiones. Por el contrario, la historia señala que cuando los medios son mucho más irresponsables con su información, con sus expresiones, crean condiciones para que germinen posiciones autoritarias que llegan incluso a cortar la libertad de expresión. Esto nos permite introducir varios ejemplos que ilustran lo dicho.
    1. ¿Es responsable que los medios del país hayan publicitado el artículo publicado por el Wall Street Journal sobre la supuesta “cómoda relación” relación entre el gobierno del Presidente Correa con las FARC, sobre la base de información recopilada supuestamente en los computadores del comandante de las FARC Raúl Reyes? Evidentemente que es irresponsable la reproducción, puesto que lo mínimo que debía esperarse es que los medios se dieran el trabajo de leer el Informe de la Interpol que concluye que la información de las computadoras supuestamente pertenecientes a Raúl Reyes fue “manipulada”. Si revisaron el informe, la responsabilidad les obligaba advertir a los lectores que la información utilizada por la periodista americana fue manipulada. Ocultar información que permita formarse un criterio objetivo no sólo es irresponsable, es también contrario a la ética.
    2. ¿Es responsable que el Diario Hoy reproduzca las ofensas proferidas por Álvaro Vargas Llosa contra el Presidente Correa? Un mínimo de responsabilidad les obligaba a no hacerlo o, por lo menos, a que morigere sus palabras si comparten esas opiniones. La diferencia entre el diario Hoy que publica esa entrevista con la posición de Andrés Carrión quien obligó al Coronel Cobo a utilizar un lenguaje apropiado, señalándole con dureza extrema que ese era lenguaje que “podía utilizar en su casa, en su entorno o en su partido”, marca la diferencia entre lo responsable e irresponsable. Un mínimo de responsabilidad obligaba al diario Hoy a estudiar previamente y a informar quién financia, cuales son los objetivos, las posiciones ideológicas y políticas del Centro para la Prosperidad Global y al Independent Institute, para que los ciudadanos conozcan cual es la intencionalidad política de las expresiones de Vargas. Eso demandaba la responsabilidad a la que se refiere la Convención Americana de los Derechos Humanos, y no la expresada por el Comité de Empresarios y practicada por el diario Hoy.

En conclusión, este remitido pagado por un Comité Empresarial Ecuatoriano, debe ser materia de análisis por la manipulación que contiene, por ser anuncio de otra de las armas a las que acude la derecha y por replicar acciones que son ya constatables en la campaña desatada por la derecha a nivel nacional e internacional, respecto a supuestas restricciones a la libertad de expresión.