Tomado de: Pedro Echeverría / KAOSENLARED.NET
Seguramente los yanquis y la derecha extrema buscaron aprovechar la protesta para derrocar a Correa, pero la protesta de los policías fue como las muchas que se han realizado en el último año.
1. Cuando escuché las primeras notas televisivas acerca de los sucesos de Ecuador -y conociendo bien el comportamiento del presidente Rafael Correa en los últimos 18 meses- lo primero que hice fue preguntar a mis amigos de allí (dirigentes del magisterio y de la CONAIE) para saber lo que pasaba y me confirmaron lo que ya estaba pensando: que esta era una más de las protestas de sectores de la población descontentos por las medidas derechistas, neoliberales y privatizadoras que el presidente estaba aplicando. Investigué rápidamente a los que apoyaban al gobierno y me encontré a Colombia, Perú, México, EEUU, España; pero también a Venezuela, Bolivia Cuba y muchos más. Pensé que algo andaba mal y una amiga periodista de Canadá –a quien quiero mucho- me pidió que yo diera mi posición. El resultado fue mi llamado urgente con preguntas, hoy me parecen correctas: no hubo intento de golpe de Estado, sino una simple protesta “bien” aprovechada.
2. Seguramente los yanquis y la derecha extrema de Ecuador (el militar expresidente Gutiérrez entre ellos) buscaron aprovechar la protesta para derrocar a Correa, pero la protesta de los policías fue como las muchas que se han realizado en el último año en Quito por considerar que Correa ha traicionado a los electores que lo llevaron al gobierno. Los días de mayo que estuve en Quito pude hacer decenas de entrevistas callejeras, observar varias reuniones de protesta en la plaza principal y en el congreso y realizar entrevistas a tres dirigentes. Mucha gente humilde de la calle se expresó muy bien de los apoyos que reciben del presidente Correa, pero muchas organizaciones que llevaron a Correa al gobierno, y me invitaron a charlar como periodista, hoy son oposición a las políticas privatizadoras. Estuve siempre pendiente de las luchas de los indígenas del CONAIE y del los procesos de privatización del agua y de la educación.
3. Recuerdo haberles dicho en varias ocasiones que –aunque no podía hablar de las políticas internas de Ecuador- no entendía la contradicción de Correa entre sus políticas externas antiimperialistas, antiyanquis, junto a Chávez y Morales (totalmente positivas) y sus políticas internas privatizadoras que tanto se denunciaban. Después escribí dos o tres artículos al respecto advirtiendo lo que pasaba. Pero “la gota que llenó el vaso” de mis convicciones críticas frente a Correa fue por haber usado a organizaciones oficiales indígenas en un congreso internacional en la que estuvieron Chávez y Morales y tratar de tapar las protestas de indígenas independientes que lo denunciaban de manipular el congreso. Pero aún más, si hay algo terrible es esa verborrea de los socialdemócratas seniles, es que una vez en el poder buscan eliminar a los izquierdistas acusándolos de “enfermedad infantil”. ¿No está acaso llena la historia de esos oportunistas?
4. Los campesinos de Zamora Chinchipe hicieron un llamado al pueblo ecuatoriano, a los organismos de derechos humanos, a la comunidad internacional a la solidaridad con la Amazonía Ecuatoriana y particularmente con Zamora Chinchipe. “Nuestro pueblo solo pide respeto a sus derechos del trabajo. Como es posible que nos traten de ilegales en nuestra propia tierra y a las empresas multinacionales les dan todo el respaldo, eso no tiene nada de revolucionario, dijeron los líderes zamoranos. De nuestra parte no solo vamos a defender nuestros trabajos, vamos a hacer respetar lo que le corresponde a todos los ecuatorianos, eso es la minería, el agua, la biodiversidad, las tierras para la agricultura, etc. Llamamos a las Universidades, a los Trabajadores, CONAIE, Seguro Campesino, UNE, a los estudiantes, mujeres a solidarizarnos con Zamora Chinchipe, frente a este nuevo atropello del Presidente Rafael Correa”.
5. Los presidentes Chávez, Morales y Castro deben “jalarle las orejas” a Correa, el presidente de Ecuador, para que retome el camino del llamado socialismo del siglo XXI y eche por la borda las reformas derechistas, neoliberales y privatizadoras. Ninguno de esos gobiernos antiimperialistas o prosocialistas pueden desprestigiarse ante su pueblo haciendo políticas contrarias, aunque los yanquis les ofrezcan el cielo. Me decían hace cinco meses en Ecuador: “Nosotros desde la izquierda no queremos derrocar al gobierno de Correa sólo queremos que vuelva a la ruta nacionalista y popular de sus primeros meses de gobierno. Quien sí busca deshacerse de él es la derecha y el imperialismo para colocar a un personaje más incondicional y en ese caso defenderemos al país contra cualquier golpe imperialista”. ¿Cómo ha respondido Correa ante las presiones? Pues diciendo que sus reformas (neoliberales) no darán ni un paso atrás.
6. Los principios del socialismo son consecuentes y no se pueden cambiar: lucha contra la explotación y la opresión donde quiera que se encuentre. Los principios del llamado “internacionalismo proletario” y la frase de Marx: “Proletarios de todo el mundo uníos”, significan que los trabajadores no tienen patria y que en todos lugares deben luchas contra la explotación y la miseria de sus hermanos de clase. Por eso los trabajadores de Venezuela, Bolivia, Cuba, México, EEUU, de todo el mundo, deben unir sus fuerzas para luchar contra la explotación, contra la acumulación de capital en pocas manos, por la distribución equitativa del trabajo y la riqueza, por la igualdad política y social. Transigir frente al enemigo significa la mayoría de las veces someterse. Ecuador debe recuperar su camino y dejar de escuchar los cantos de sirena de las grandes empresas ecuatorianas y transnacionales; Chávez, Morales y Castro pueden ayudar a ello.
7. Pero no debe olvidarse que el gobierno yanqui, usando al Departamento de Estado, a la secretaría de Defensa, a la CIA y a todas sus Embajadas está espiando e interviniendo a diario. Los gobiernos de Colombia, México, Perú, Costa Rica, Chile, Honduras, en América, están sometidos a las políticas yanquis y obedecen todas las indicaciones que vienen de la Casa Blanca. Las luchas y protestas del Ecuador no van a cesar hasta en tanto Correa no vuelva a sus políticas originales y deje de hacer demagogia hablando de socialismo y entregando riquezas a las transnacionales. En tanto, lo que sería más indignante para mí, es que mientras denuncio las políticas intervencionistas gringas, Correa imponga una cacería de brujas con tal de encarcelar, perseguir, eliminar a los personajes izquierdistas de oposición de la CONAIE, la UNE y otras organizaciones críticas de su gobierno. ¡Mueran los Golpes de Estado, los explotadores y opresores!
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