Las fuerzas populares y políticas de la tendencia progresista y de izquierda, tienen la responsabilidad de trabajar para profundizar el proceso de cambio político del país, lo que implica velar porque toda el andamiaje jurídico se ponga en correspondencia con los principios y preceptos fundamentales de la nueva Constitución y, al mismo tiempo, para asegurar que aquellos no sean vulnerados. La aprobación de importantes leyes que le corresponde cumplir a Comisión Legislativa y de Fiscalización (que tiene las funciones de
La derecha no se resigna con los resultados; tras un compás de espera (si es corto o no, es un elemento secundario) buscará articular una oposición cada vez más intensa y agresiva, aún a pesar de las debilidades que ahora nuevamente quedaron al descubierto. Recogiendo la experiencia internacional, como se conoce que la está aprovechando, procurará acumular fuerzas entre sectores populares y particularmente entre los sectores de la juventud para ubicarlos como fuerza de choque, con acciones de calle, como ya experimentó en la etapa final de esta campaña.
En otro aspecto, con el triunfo de Sí, y por la naturaleza del debate ideológico y político producido en la campaña, a lo que se suman las prerrogativas que la nueva Constitución brindan para la organización popular, sin duda alguna se producirá un despertar de la acción y participación política de los sectores populares, lo que las fuerzas revolucionarias tenemos que potenciar y aprovechar, para enrumbar ese accionar hacia los objetivos revolucionarios, impidiendo que se encadene a un proyecto que, siendo progresista, no ponga como objetivo estratégico la lucha en contra del capitalismo.
La victoria del Sí es el resultado del accionar de muchas organizaciones populares y políticas; ese caudal, ese potencial debe ser aprovechado para, en unidad de acción, enfrentar las provocaciones y la reacción de la derecha y el imperialismo. Las posiciones exclusivistas y excluyentes que en algunos dirigentes de PAIS se han hecho evidentes en este proceso no contribuyen a la unidad de acción de quienes son los artífices del triunfo del 28 de septiembre: los trabajadores y los pueblos del Ecuador.