George Bush dijo: “Nuestro sistema de libre empresa descansa en la convicción de que el gobierno federal debería interferir en el mercado solo en caso de ser necesario. Dado el estado precario de los mercados financieros actuales y su importancia vital en la vida cotidiana del pueblo estadounidense, la intervención gubernamental no solo está garantida, sino que es fundamental".
Los líderes demócratas del Congreso parecen respaldar el rescate pero están presionando para incluir disposiciones que protejan a los propietarios de viviendas, limiten las compensaciones excesivas a los ejecutivos y aseguren la supervisión independiente del fondo. Según la propuesta de la administración Bush, no habría restricciones a la administración excepto la de presentar informes semestrales al Congreso. Esto daría al secretario del Tesoro facultades sin precedentes para comprar y revender deuda hipotecaria. El secretario del Tesoro Henry Paulson se opone a incluir en el rescate planes para asistir a los propietarios de viviendas que se enfrentan a la ejecución hipotecaria. Paulson dijo que el Congreso debería aprobar el denominado “proyecto limpio”.
Henry Paulson dijo: “La protección fundamental a los contribuyentes será la estabilidad que este programa de asistencia a activos con problemas proporcione al sistema financiero, incluso aunque implique una significativa inversión de dólares provenientes de impuestos. Estoy convencido de que este enfoque audaz costará mucho menos a las familias estadounidenses que la alternativa de una serie continuada de quiebras de instituciones financieras y mercados de crédito congelados incapaces de financiar la expansión económica”.
Goldman Sachs y Morgan Stanley abandonan la banca de inversión
La era de los bancos de inversión parece haber terminado. Goldman Sachs y Morgan Stanley, los últimos grandes bancos de inversión de Wall Street, se están transformando en holdings bancarios sujetos a una regulación mucho mayor.