El Paro Cívico Nacional del pasado 1º de septiembre movilizó a más de 500 mil personas en todo el país, lo cual demostró ampliamente la capacidad de movilización y principalmente de organización de los trabajadores, además de que mostró la posibilidad de una próxima Huelga Política General.
Aproximadamente participaron fuerzas de 18 estados de la República, entre los cuales destacaron los casos de Morelos, donde hubo marchas, un mitin y varias tomas de edificios públicos, manifestaciones multitudinarias que significan un avance considerable de la lucha popular de los morelenses.
Jalisco y Zacatecas, estados en los que las movilizaciones no eran muy numerosas y congregaban a pocas organizaciones, problemas hoy superados en parte gracias a la insistencia de permanecer unidos en frentes estatales, particularmente en Jalisco, pues fueron 47 organizaciones movilizadas.
En el Distrito Federal, siendo el centro político del país, que normalmente acoge las mayores movilizaciones, no siempre los manifestantes pertenecen al movimiento local propiamente, sino a las expresiones nacionales de las organizaciones políticas.
Sin embargo el primero de septiembre fue notoria la participación de los trabajadores de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México que pararon totalmente, del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, del Foro de Izquierda Proletaria, de la Sección X de la CNTE-SNTE y particularmente, del Sindicato Mexicano de Electricistas.
La incorporación de los mineros, que realizaron paros en Durango, Guanajuato y Zacatecas, constituye un elemento importante para la configuración de la Huelga, ya que es necesario incorporar a la mayor parte de la clase trabajadora, además de los maestros y electricistas, los cuales aún cuando son un número considerable, tienen buena organización y cada vez mejores ánimos de lucha, no son suficientes para realizar una huelga.
A comparación de los paros nacionales anteriores, que cumplieron el papel de denunciar ante la población principalmente los problemas inherentes a las reformas estructurales, este último paro expresa una mejor organización popular y mayor comprensión acerca de los alcances de una herramienta como lo puede ser la Huelga Política General. Sin descartar que este paro, puede asumirse como una primera culminación de los paros anteriores.
La alineación de los medios de información a los intereses de la derecha fue tan evidente como contundentes fueron las movilizaciones totalmente populares. A través de los medios, se filtra la posición de legitimar determinadas luchas y seguir despreciando la organización desde el pueblo.
La incorporación de instrumentos de agitación durante las movilizaciones y paros, es un elemento a considerar en las próximas actividades, ya que no podemos esperar que los medios oficiales dediquen una pequeña nota a movilizaciones que son realmente importantes. La cuestión de la propaganda como herramienta de organización, sigue siendo un punto que las organizaciones debemos resolver en las siguientes acciones.