Thelma Mejía (IPS/Tegucigalpa)
Tomado de: Periodistas en Español
El primer encuentro mundial de la comunidad afrodescendiente concluyó este sábado en la ciudad de La Ceiba, en la costa atlántica de Honduras, con una declaración proponiendo incluir la lucha contra el racismo en los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio.
En "La Declaración de La Ceiba", representantes de los pueblos afrodescendientes señalan que ha llegado el momento de que la ONU (Organización de las Naciones Unidas) incorpore no sólo un nuevo Objetivo a los ocho ya establecidos, sino que también diseñe un Índice de Desarrollo Humano con "perspectiva de raza y etnicidad".
"Las Naciones Unidas deben adoptar la perspectiva de raza y etnicidad en los Objetivos de Desarrollo del Milenio para garantizar la integración de los desafíos de las comunidades y poblaciones afrodescendientes", señala el texto.
También llama a que "se adopte un noveno Objetivo del Milenio relacionado con la reducción substancial de todas las formas de racismo, discriminación racial, xenofobia y otras formas conexas de intolerancia".
La discriminación en todas sus formas profundiza las brechas entre sus condiciones de vida y la de otros grupos sociales, "haciendo difícil que se cumplan las metas y Objetivos del Milenio" por la particular situación de pobreza y estigmatización que enfrentan.
Al exigir que la ONU declare el año próximo el Decenio de los Pueblos Afrodescendientes, los representantes llamaron a la creación de un Fondo de Desarrollo para ese sector de la población, así como estructuras y presupuestos claramente definidos. La misma propuesta fue extendida a la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea.
Representantes de al menos cuarenta países se dieron cita por tres días en la paradisíaca ciudad ceibeña, una de las principales comunidades de la etnia garífuna en Honduras, para debatir la situación de sus pueblos, en ocasión de la celebración del Año Internacional de los Afrodescendientes (2011), declarado por las Naciones Unidas.
También dieron seguimiento y propusieron nuevas formas de cumplimiento a los acuerdos celebrados hace una década en Durban, Sudáfrica, en contra de la discriminación y el racismo.
Céleo Álvarez Casildo, principal impulsor de la reunión, en representación de la hondureña Organización de Desarrollo Étnico Comunitario, dijo a IPS: "No queremos discursos políticos de compromiso sin concretar. Este encuentro es para demandar mayor inclusión a nuestras demandas y derechos que seguiremos con un Plan de Acción y mecanismos de seguimiento".
"Esta cumbre, como la hemos llamado, no es un foro más. Es el punto de partida para hacernos oír. Aquí está reunida toda una fuerza mundial y espiritual de unidad dispuesta a hacerse escuchar para impulsar un desarrollo humano sostenible con equidad, sin exclusiones de ningún tipo", afirmó.
Por su parte, Mohamed Chambas, de la comunidad de pueblos africanos, señaló que el desafío pendiente es "sostener este proceso, porque aquí se sembró una semilla, y hay que regarla para que crezca y tenga frutos".
"Ninguna sociedad puede negar ahora la importancia de la comunidad afrodescendiente en el mundo. Tienen que incluirnos, y aquí en Honduras ese esfuerzo cobra mayor fuerza", dijo a IPS.
El encuentro analizó el cumplimiento de los acuerdos internacionales en contra del racismo y la discriminación, el problema de la epidemia del VIH/Sida, los derechos humanos y el acceso a la justicia, los problemas ambientales, la salud reproductiva y la condición marginal de las mujeres afrodescendientes, su cultura e identidad, entre otros aspectos.
Al menos 75 millones de mujeres en América Latina y el Caribe viven en condiciones de desigualdad, se informó en la cumbre.
La representante para América Latina del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Fnuap), la hondureña Marcela del Mar Suazo, dijo a IPS que en el panel que abordó el problema de la desigualdad de género se presentó un informe sobre los derechos humanos de las afrodescendientes en la región.
El estudio señala que, de las 150 millones de mujeres que viven en América Latina y el Caribe, la mitad sufre condiciones de desigualdad preocupantes.
Las expresiones de racismo y discriminación en contra de las mujeres afrodescendientes son muy marcadas en algunos países, por lo que se propusieron políticas que garanticen mayor participación política y acceso a la educación en todos sus niveles, orientada a revalorizar sus culturas y capacidades.
El ministro de las Etnias de Honduras, Luís Green, dijo a IPS que el gobierno del presidente Porfirio Lobo se aprestaba a incorporar reformas constitucionales que declararan a este país una nación multiétnica y pluricultural en donde "no habrá espacios para la discriminación y el racismo".