sábado, agosto 27, 2011

‘El modelo actual solo contribuye a garantizar un Chile desigual’


Por: Diario El Tiempo de Bogotá / GDA

Tres meses completan las protestas de los estudiantes chilenos en demanda de un cambio de fondo al sistema educativo del país austral.

Las manifestaciones han sido multitudinarias –las mayores desde el regreso de la democracia– y a ellas se han sumado no solo profesores e incluso rectores de universidades, sino también los padres de familia. Una joven de 23 años, estudiante de Geografía, militante del Partido Comunista y presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech) es la vocera y líder de este movimiento, que tiene en jaque al Gobierno del presidente Sebastián Piñera. Su nombre es Camila Vallejo y El Tiempo conversó con ella.


¿Cuál es la médula de esta movilización, que ya suma tres meses?

El punto central es la recuperación del derecho a la educación pública y de calidad. Y eso se traduce, en primera instancia, en un cambio constitucional, en el cual el Estado, además de garante de la educación, sea responsable y proveedor de la misma. Porque la Constitución que nos heredó la dictadura de Pinochet puso esa responsabilidad en las familias chilenas, y nosotros consideramos que se trata de un derecho fundamental que el Estado debe garantizar.


¿Por qué tanto énfasis en la necesidad de acabar con el lucro en la educación?

Porque eso ha originado un esquema perverso, en el que se han abierto muchísimas instituciones privadas sin ningún tipo de regulación por parte del Estado que, primero lucran a costa de miles de familias y, luego, entregan a la sociedad miles de ‘cesantes ilustrados’. Porque en este sistema no solo las instituciones privadas ganan, también lo hace la banca: hay las familias que tienen que endeudarse hasta por 20 años para poder educar a sus hijos y terminan pagando hasta tres veces lo que vale una carrera. Y, finalmente, porque asumir la educación no como una inversión social y un derecho fundamental, sino como un bien de consumo, como una inversión privada para poder aspirar a una movilidad social, estimula y mantiene la desigualdad social, pues todo termina dependiendo de la capacidad de pago de cada familia.


Ustedes dicen que el sistema educativo está en crisis. ¿En qué cifras se sustentan?

En varias: el costo de estudiar aumenta cada vez más, la tasa de deserciones por no poder pagar alcanza al 65% en los tres quintiles más bajos y el 58% de los que egresan terminan trabajando en algo que no tiene nada que ver con lo que estudiaron.


¿Qué opinión le merece el pronunciamiento del presidente Piñera en el sentido de que “nada es gratis en esta vida” y que “aunque todos quisiéramos que la educación fuera gratis, alguien tiene que pagarla”.

Eso es cierto: lo que pasa es que nosotros creemos que debe pagarla el Estado.


¿La propuesta de una educación gratuita para todos no es algo un poco utópico para un país latinoamericano?

No, nosotros creemos que es posible, a través de una reforma tributaria, de la recaudación de impuestos, especialmente a las grandes empresas, sobre todo a las mineras, que un 70% son privadas y que obtienen grandes ganancias de su operación en el país. Un solo dato: con las utilidades declaradas de una sola empresa minera, La Escondida, se podría financiar toda la educación del país: matrículas, profesores, investigación, etc. Los recursos existen, lo que pasa es que el Estado debe saber recaudarlos. Para combatir la desigualdad, Chile necesita de grandes reformas estructurales.


¿La gratuidad que ustedes proponen sería total?

El Gobierno solo quiere financiar al primer y segundo quintiles, pero lo que nosotros sostenemos es que la clase media está también dentro de los sectores más vulnerables. Nuestra propuesta es avanzar a la gratuidad para los 7 primeros deciles e ir aumentando, para avanzar hacia la gratuidad total, a la garantía plena del derecho universal a la educación. Pero con las reformas previas, las reformas estructurales de las que hemos hablado.


La OEA expresó su preocupación por la represión a las marchas estudiantiles. ¿Qué tan grave es la situación?

Ha sido bastante grave. En la última marcha se utilizó mucho la fuerza contra manifestantes pacíficos. Por eso la sociedad entera nos ha apoyado con cacerolazos nocturnos. Se han violado muchas libertades fundamentales.


¿Qué piensa de los episodios de violencia que ha habido en el marco de las marchas estudiantiles, siente que deslegitiman al movimiento?

Hay intentos serios para deslegitimar este movimiento, para tildarlo de violentista y desviar la atención sobre su sentido principal. Hay evidencias de que ha habido carabineros (policías) vestidos de civil infiltrados en las manifestaciones para generar destrozos. Y el Ministerio del Interior no ha hecho nada por detener a estos violentos.


¿Por qué se encuentran bloqueadas las negociaciones con el Gobierno? La administración Piñera los acusa de intransigencia.

El Gobierno tiene un promedio de aprobación muy bajo, del 26%, y eso se contrapone con el apoyo que hemos recibido de la ciudadanía, que entiende que este es un problema de la mayor importancia para la sociedad, lo que demuestra que nuestras demandas no solo son legítimas, sino que cuentan con el respaldo del grueso de la sociedad. La intransigencia se expresa en un Gobierno que no ha querido entender la importancia de avanzar en las reformas estructurales que estamos planteando y que lo único que hace es reafirmarse en su agenda, que profundiza el modelo actual.


¿Qué bloquea la posibilidad de un diálogo?

Que el Gobierno nos invita a trabajar sobre su agenda y no sobre los puntos que hemos venido demandando.


Si el diálogo no se da, ¿qué pasos piensan adelantar?

Este movimiento está creciendo, hemos recibido importantes apoyos, y estamos viendo la posibilidad de impulsar la necesidad de un gran plebiscito nacional sobre la educación en Chile: preguntarle al pueblo chileno qué quiere en materia de educación.


Si pudiera enviarle un mensaje a Piñera, ¿qué le diría?

Que tiene una oportunidad histórica para recuperar la educación pública y que no es necesario mantener un modelo que solo contribuye a garantizar la desigualdad.


HOJA DE VIDA

Camila Vallejo

Su experiencia. Tiene 23 años, es el rostro más carismático del movimiento social chileno de mayor importancia en 20 años de democracia, que tiene en jaque al gobierno de Sebastián Piñera.

Una líder. Es presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), la más importante del país. Camila Vallejo es la segunda mujer en la historia de la institución en ocupar ese cargo.