A pesar de que el Presidente de la República haga esfuerzos por mostrar la fortaleza del gobierno, lo cierto es que enfrenta problemas. En contra de algunos elementos de índole antipoular se han producido varias acciones de lucha que muestran un cambio en la conducta política del movimiento de masas. Éste pasa del descontento e insatisfacción a la protesta abierta y callejera, desafiando las amenazas y la represión que se ha mostrado violenta e indiscriminada.
Ese descontento se evidenció ya en las marchas del 1 de mayo que estuvieron matizadas por los gritos en contra de los elementos neoliberales presentes en varias leyes aprobadas y que se encuentran en carpeta, está también en las críticas que se hacen al gobierno desde distinto sectores populares que manifiestan su preocupación por el alejamiento de Correa de la propuesta de cambio por la que votó el pueblo.
En suma, una dificultad gubernamental es el distanciamiento que se produce de parte de los sectores populares organizados que, por cierto, se han convertido en blanco de ataque del Presidente.
Un segundo síntoma de la debilidad constituyen los problemas existentes al interior de las fuerzas del movimiento PAIS. En este momento Correa no tiene la certeza de contar con una respuesta unificada o monolítica de sus Asambleísta en el recinto parlamentario, como quedó demostrado en el Juicio al Fiscal o en pronunciamiento contradictorios que unos y otros realizan respecto de un mismo asunto. El presidente de la Asamblea, Fernando Cordero, por ejemplo, se mostró en otro andarivel en el caso antes señalado, aunque en otros momentos coincida con Presidente de la República.
En ese ámbito la debilidad gubernamental provocó que la Asamblea no pueda resolver en ningún sentido temas medulares como el juicio a Pesántez y la Ley de Aguas. Y ahora, ante similares circunstancias, estaríamos ante la eventualidad de que el mismo camino recorran algunas leyes que esperan su discusión final. Este elemento bien podría ser calificado como el surgimiento de una crisis política en la Asamblea.
Y un tercer aspecto constituye la necesidad gubernamental de apelar al apoyo de la derecha para empujar su proyecto. En la misma Ley del Agua coincidieron en muchos elementos con los socalcristianos y Madera de Guerero; para impedir el juicio al Fiscal fue clara la acción conjunta de PAIS con prácticamente todas las fuerzas de derecha (incluyendo a quienes se proclaman independientes); y, en un tema medular, el Código de Reordenamiento Territorial, las coincidencias entre estos sectores son nítidas. Más aún, podemos decir que el contenido del Cootad ha sido el sueño de años de la oligarquía autonomista.
Ese descontento se evidenció ya en las marchas del 1 de mayo que estuvieron matizadas por los gritos en contra de los elementos neoliberales presentes en varias leyes aprobadas y que se encuentran en carpeta, está también en las críticas que se hacen al gobierno desde distinto sectores populares que manifiestan su preocupación por el alejamiento de Correa de la propuesta de cambio por la que votó el pueblo.
En suma, una dificultad gubernamental es el distanciamiento que se produce de parte de los sectores populares organizados que, por cierto, se han convertido en blanco de ataque del Presidente.
Un segundo síntoma de la debilidad constituyen los problemas existentes al interior de las fuerzas del movimiento PAIS. En este momento Correa no tiene la certeza de contar con una respuesta unificada o monolítica de sus Asambleísta en el recinto parlamentario, como quedó demostrado en el Juicio al Fiscal o en pronunciamiento contradictorios que unos y otros realizan respecto de un mismo asunto. El presidente de la Asamblea, Fernando Cordero, por ejemplo, se mostró en otro andarivel en el caso antes señalado, aunque en otros momentos coincida con Presidente de la República.
En ese ámbito la debilidad gubernamental provocó que la Asamblea no pueda resolver en ningún sentido temas medulares como el juicio a Pesántez y la Ley de Aguas. Y ahora, ante similares circunstancias, estaríamos ante la eventualidad de que el mismo camino recorran algunas leyes que esperan su discusión final. Este elemento bien podría ser calificado como el surgimiento de una crisis política en la Asamblea.
Y un tercer aspecto constituye la necesidad gubernamental de apelar al apoyo de la derecha para empujar su proyecto. En la misma Ley del Agua coincidieron en muchos elementos con los socalcristianos y Madera de Guerero; para impedir el juicio al Fiscal fue clara la acción conjunta de PAIS con prácticamente todas las fuerzas de derecha (incluyendo a quienes se proclaman independientes); y, en un tema medular, el Código de Reordenamiento Territorial, las coincidencias entre estos sectores son nítidas. Más aún, podemos decir que el contenido del Cootad ha sido el sueño de años de la oligarquía autonomista.